Mi otro empleo
Después de haberme despedido de mi patrón en mi empleo en la miscelánea
(Les dejo la liga de ese blog por si desean leerlo: pulsen el enlace)
Como es en la vida: Si no trabajas no vives.
Entonces era apremiante encontrar un nuevo empleo pues como les había dicho antes; me encontraba solo en la ciudad, no contaba con un respaldo como lo es un hogar aunque fuese de mis padres o por lo menos, el apoyo de mis padres.
Cuando vives en casa ajena, sencillamente no puedes darte el lujo de no trabajar.
Entonces era apremiante encontrar un nuevo empleo pues como les había dicho antes; me encontraba solo en la ciudad, no contaba con un respaldo como lo es un hogar aunque fuese de mis padres o por lo menos, el apoyo de mis padres.
Cuando vives en casa ajena, sencillamente no puedes darte el lujo de no trabajar.
En esta etapa hice todo tipo de trabajos.
Ingresé al mundo de la construcción.
Mi padre dedicó gran parte de su vida trabajando y ganándose la vida en ese sector como contratista, en el armado de estructuras como son: trabes, columnas y losa.
Es un hombre sorprendente pues a pesar de no ser profesionista como: arquitecto, ingeniero o tener los estudios básicos del mismo, conocía a la perfección todo lo que una construcción debe tener, y ni mencionar su amplio conocimiento del material que transformaba para las diferentes áreas o estructuras de un edificio, como las Varillas y sus diferentes calibres, y de lo que éste se deriva.
Sin duda era un recurso para mí.
Así, junto con mis amigos y conocidos, nos dimos a la tarea de buscar un puesto vacante en alguna obra en construcción.
Nuestra búsqueda nos llevó a lo que hoy en día se conoce como Plaza Inn al sur de la Ciudad de México.
Ahí trabajé por un tiempo como ayudante o auxiliar de Fierrero, que es el adjetivo que se le da al personal que manipula en este caso: las varillas para las estructuras.
En ese entonces, gran parte de lo que ahora es el estacionamiento se encontraba en plena edificación mientras sus torres estaban por culminar.
Pasado unos meses, y conforme se avanzaba en la obra, poco a poco comenzaron a despedir al personal reduciendo la planta pues las áreas de trabajo se iban reduciendo conforme transcurrían los días.
Corrí con la suerte de ser despedido pues los auxiliares estaban de sobra.
Nuevamente había qué recorrer las diferentes colonias de la ciudad en busca de un nuevo empleo.
Dentro de todo el alboroto conocí a un contratista que se dedicaba a la colocación de azulejos, mosaicos y demás recubrimientos o acabados.
Acudió al lugar pues debía revisar algunos proyectos y aproveché para consultarle sobre una vacante en su cuadrilla.
-¡Si, necesito gente de apoyo para un desarrollo al norte de la ciudad!-
Contestó.
No dudé en pedirle me incluyera en su equipo y así, a la semana siguiente me encontraba trabajando en el otro extremo de la ciudad. La distancia era considerable pues debía realizar un trayecto de 3 horas de ida y lo mismo de regreso, pero el fin era tener un ingreso.
Por suerte, pronto se dio luz verde a un nuevo desarrollo al centro de la ciudad y fui elegido para ocupar un lugar en dicha obra. Lamentablemente eran trabajos eventuales pues al culminar las obras todo el personal era despedido a excepción de los maestros de confianza del contratista.
Al trabajar en las distintas áreas del complejo mundo laboral, iba conociendo diferentes personas y al mismo tiempo, anhelaba otro tipo de empleo.
Deseaba cambiar de aires y de experiencia, aspiraba ampliar mis horizontes: por una parte, conocer más. También estaba la necesidad de hacer algo diferente pues años antes, había sufrido un accidente que casi me costó la vida, no así, algunas de mis piezas óseas.
Cuando eres una persona con sólo los estudios básicos como preparación académica, de alguna forma, eres discriminado y desplazado a lo que puedas desempeñar con tu raquítica preparación estudiantil.
Continué con mi vida laboral dentro del rudo mundo de la construcción.
Nuevamente, había conseguido un trabajo de fierrero en una construcción al sur de la ciudad.
Transcurrieron 2 semanas desde mi ingreso a ésta nueva edificación.
Una tarde, llamaron a la puerta del hogar de mi tío.
Lugar donde yo me alojaba. Era uno de mis amigos.
-¡Hay una vacante en la oficina en la cual trabajo. El puesto es de mensajero!
Me dijo.
Me sentí un tanto inseguro. Era un trabajo totalmente diferente a lo que venía realizando en mi vida.
Aunado a eso, mi muy incipiente y casi inexistente currículum me hacían dudar aún más.
Por lo regular, las personas presentan un Curriculum lo más completo posible, decorándolo con su historial académico: dato relevante e importante. Del mismo modo, anexan un perfil profesional: su carrera laboral, lo cual importa si hiciste carrera en empresas bien establecidas (Oficinas) yo tenía carrera como auxiliar en la construcción y de mi preparación académica sólo tenía la básica. Entonces, qué podría ofrecer para impresionar a esas personas y lograr un puesto en una oficina.
Acudí al lugar preparado para la entrevista.
No estaba seguro de lo que iba a suceder, o qué me preguntarán, pero me sentía listo y estaba decidido. Pero sucedió algo que me sorprendió.
No estaba seguro de lo que iba a suceder, o qué me preguntarán, pero me sentía listo y estaba decidido. Pero sucedió algo que me sorprendió.
Me asignaron tareas de forma directa.
No hubo necesidad de entrevista alguna.
¿Fue suerte?
No lo sé. Pero desde el primer día me entregué en cuerpo y alma a mi nuevo empleo como mensajero del área administrativa.
No hubo necesidad de entrevista alguna.
¿Fue suerte?
No lo sé. Pero desde el primer día me entregué en cuerpo y alma a mi nuevo empleo como mensajero del área administrativa.
Ahí tuve que enfrentar a mi monstruo: mi timidez.
Por un lado, la relación con mis jefes y compañeros; por otra parte, el haber obtenido el empleo en el área administrativa implicaba estar ante nuevas personas como: Gerentes, Subgerentes y cajeros de diferentes bancos.
Por un lado, la relación con mis jefes y compañeros; por otra parte, el haber obtenido el empleo en el área administrativa implicaba estar ante nuevas personas como: Gerentes, Subgerentes y cajeros de diferentes bancos.
Luché todo el tiempo con ello.
Con el correr de los años, fui escalando posiciones dentro de dicha empresa y tras años de esfuerzo, esmero y dedicación, quedé a cargo de esa área.
No fue por mucho tiempo pues para ese entonces el país era azotado por una terrible crisis que derivó en la quiebra de varias empresas; la mía no corrió con la mejor suerte. Así, después de 6 años de relación laboral todo terminó. La empresa que me dio esa gran oportunidad, la empresa que se arriesgó a contratar a alguien sin experiencia laborar y con un nivel de estudio precario.
Cerró sus puertas culminando así, con los sueños de sus propietarios así como los míos y de mis compañeros.
Conocí un mundo diferente, personas diferentes.
Pero era momento de volar con toda esa nueva experiencia ganada.
Les estaré agradecido infinitamente por la confianza y todo el aprendizaje.
Continuará...
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