Dicen que para tener una buena vida, debes dejar los
recuerdos atrás.
No dudo que esto es muy cierto, sin embargo, creo que es
bueno echar un vistazo al pasado para poder crear el presente.
Bien.
En estos días me encuentro en una de mis eternas batallas
contra mi depresión (Algunos de ustedes
saben que padezco de ello). Y es un tanto difícil lidiar o intentar eludir
todos esos recuerdos y toda esa sensación o esos momentos lúgubres que se
manifiestan como resultado de este padecimiento.
Les dejo el blog que escribí al respecto.
Pulsa la liga ↓ y léelo por favor.
Mi depresión
Les dejo el blog que escribí al respecto.
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Mi depresión
Este es justamente una de mis formas favoritas de eludir por un momento todos esos golpes. Escribir
Escribir sin ningún propósito, mas que distraer mi mente.
Desde luego que me hace feliz saber que me leen en algún lugar de nuestro gran globo terráqueo.
Que también se distraen leyendo este pobre blog carente
de contenido o de algún toque filosófico.
He leído frecuentemente frases que sentencian que debemos
dejar los recuerdos atrás para poder continuar.
O frases como:
-¡Para atrás ni
para tomar impulso!-
Creo que todas estas frases nacieron gracias a las vivencias y la percepción de quienes las crearon. Y no disiento de ellos, sin embargo, en mi muy humilde opinión, es bueno echar un vistazo al pasado para construir un mejor futuro.
Pero tampoco ese es el punto de este blog.
Como dije antes.
Me encuentro atravesando uno de los momentos lúgubres de
mi depresión, y una de las opciones que me he inventado para de alguna manera
mitigar los síntomas es escribir.
Y aquí me tienen.
¿Cómo me ataca?
Bueno, en este momento estoy pasando por un problema de salud en mi núcleo familiar, y eso me tiene totalmente desconcertado. Y no es para menos.
Hemos gastado cantidades en médicos y todos con diagnósticos
parecidos y diferentes prescripciones que se traducen, en visitas a la
farmacia y desembolsar efectivo que ha ido mermando nuestra economía, y
sin ninguna mejoría en mi paciente.
Aunado a ello, la falta de nuevos proyectos en el trabajo
que me generen comisiones o ingresos extras.
Viviendo esta etapa, y al ver la no mejoría, me deprime e
incluso me hace pensar cosas peores y eso me hace desfallecer.
Es aquí donde los recuerdos de mi pasado me invaden.
Recuerdos que me llevan a mi niñez. Donde era feliz a pesar de lo precario de nuestra situación.
Donde a pesar de todo, tenía a mi padre que me hacía soñar con un gran futuro.
Donde tenía a mi madre reprimiéndome por mi conducta pero pasado algunos minutos, todo volvía a la normalidad.
Viajando también a los confines, y más remotos lugares de mi pasado. Donde mí querida Abuela, aliviaba mis tristezas con un abrazo y diciéndome:
-Hijo. No te preocupes, todo estará bien. Todo pasará pronto-
Y eso, de alguna forma mitigaba mi dolor
Mi mente siempre encargándose de golpearme una y otra vez enviándome a ese abismo obscuro, repleto de recuerdos dulces que en mi hoy, son como insertar alfileres en el corazón y desangrarme lentamente.
La depresión, el gran enemigo oscuro me derriba y arroja a lo más profundo del dolor azotándome una y otra vez, con imágenes de lo que fue, con memorias tan dolorosas que en veces me hacen sentir culpable, lanzándome a ese valle colmado de dolor que me hacen añorar la sutil caricia de mi santa abuela.
La mujer que era mi segunda madre y que siempre
encontraba la forma de mitigar mi dolor en el pasado.
Ese pasado al que me duele volver.
El ver todo aquello que me hizo muy feliz ahora en mis tiempos lúgubres y funestos, me resulta muy doloroso sin duda alguna.
Pero busco una forma de sobrevivir, de salvarme; de resucitar día con día sin dejar a un lado justamente eso, mi pasado.
Vuelvo sólo a los pasos que me marcó mi padre bajo el precepto:
-¡No te rindas sin luchar!-
O de las palabras de mi madre en los momentos más difíciles de mi vida que me decía:
-¡Hijo, mantén todos estos momentos en tu mente, pues
cuando seas mayor, eso te hará recordar todo lo que sufriste y encontrarás el
motivo para dar todo lo mejor de ti y fortalecerte!-
También lo que mi santa abuela me decía:
-¡Cuando te sientas en total desgracia ríe, pero ríe mucho y
las calamidades al verte reír, creerán que eres muy feliz y se marcharán, entonces
tu felicidad vendrá a ti-
En la actualidad he escuchado y leído frases como:
-¡Para atrás ni para tomar impulso!-
Tal vez sea cierto, pero para el lanzamiento de jabalina se toma impulso haciendo el brazo hacia atrás.
También leí algo que decía:
-¡A veces es necesario dar un paso atrás para tomar impulso o incluso, dar marcha atrás para elegir otro camino!-
Creo que es bueno mirar al pasado para pulir nuestro presente y crear el futuro.
Sea como sea, a final de cuentas, lo que importa es todo lo mejor que podamos hacer hoy.
Si quieres, da un paso atrás y toma impulso.
Si lo prefieres sólo corre, o anda.
O si lo prefieres, mira hacia atrás y recoge ese recuerdo que te sirva de propulsión, de cualquier manera, siempre tenemos la mirada hacia adelante.
(Fin)
Gracias por leer este blog.
Como siempre, recibe un fuerte abrazo.
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