Hola amigos, cómo están.
Les saludo con mucho gusto y les envío un abrazo.
Una tarde en una reunión, me percaté de algo parecido a la imagen de abajo y se me ocurrió hacer un blog al respecto.
Este tema ya es común en las redes sociales con memes y demás.
Pero me pregunto:
-¿Qué hacen estas personas en su teléfono celular?-
En algunas ocasiones: ¡No es porque sea un fisgón!-, pero sin querer he visto lo que algunas personas hacen es su teléfono celular en cuanto tienen un tiempo muerto o un espacio: ya sea en el transporte, restaurante o en alguna reunión: de lo que yo me he dado cuenta es: que dedican ese tiempo a jugar, navegar en Facebook; ver videos, textear y algunos revisan su correo electrónico. También puedo decir que todo esto en un móvil de última generación y de marcas reconocidas como el Samsung Galaxy, iPhone 7, Motorola G Plus en fin.. aparatos de buena calidad. Total que todos permanecen concentrados y por momentos, inertes ante su dispositivo móvil hoy en día.
Bien, les quiero contar un poco sobre mi historia con los teléfonos celulares.
Mi primer móvil fue un Motorola Startac que en ese entonces era la sensación, lo adquirí básicamente por lo compacto del aparato y porque mi trabajo requería el estar comunicado.
Después, y para no aburrirlos, brincamos al mas acá.
Pasados algunos años en mi trabajo actual y por el tipo de negocio (Empresa de Publicidad), era indispensable estar conectado y con un buen dispositivo de apoyo, fue por eso que adquirí un Sony Ericsson W760.
También podía tener acceso a mi cuenta de correo: digamos. ¡laboral!, a través del cual podía checar algún render, plano o cotizaciones, realmente todo un aparato.
Gracias al viejo BlackBerry y su inexistente procesador de textos, comencé a tomar notas desde mi computadora en el procesador Word; ¡magnífica curiosidad la mía! una tarde, y después de haber abandonado por unos días mi escritura, transferí mi archivo a mi nuevo Nokia Lumia. No tenía muchas esperanzas hasta que finalmente, desde ese móvil, abrí mi archivo y descubrí que también podía escribir en él. Eso me puso feliz pues en ese entonces, pasaba por un momento gris en mi vida y sin duda ese móvil, me vino a rescatar proporcionándome el pretexto perfecto para ocupar mi mente en algo productivo.
Así, comencé a escribir mi vida:
una recopilación que llamo -Libro-.
Aprovechaba cada instante para escribir y así iba incrementando a cada momento los números de páginas a mi libro.
No solo era eso, también tenía acceso a las diferentes redes sociales, y con una herramienta como mi teléfono celular, sacaba ventaja para hacer fotografías, algo que también me encanta, y las publicaba en mi Instagram; @lobopatricio con mi hashtag #VisióndeLobo lo mismo en mi Twitter: @adwolf_lob.
Las cosas tomaban un tinte distinto, seguía creando y disfrutando de mi escritura y el tomar fotografías.
Con la conexión que este gadget me brindaba y en las ocasiones que me tomaba un receso, o hacia un espacio en mi libro, me daba un tiempo para realizar algo que también me apasiona y es: conversar, me ayudaba conocer a mas personas, lograba tener una plática extensa que nos llevaba a diferentes temas de las cuales y conforme la conversación tomaba cierto auge; surgían conceptos y puntos de vista que conformaban un conjunto de palabras que comencé a seleccionar y recopilar, después de esto, los convertí en frases que llevé a mis publicaciones en mis redes sociales con el hashtag
Sin duda aprovechaba en todo momento de mi nuevo móvil.
Así transcurrieron los meses y una tarde decidí hacer un respaldo de mi libro pues había avanzado mucho y tenía acumulados varias páginas así que, decidí transferir el archivo a mi computadora para tener mas espacio en mi teléfono. Esa tarde de viernes todo parecía normal. Debía ver a una persona antes de ir a casa, de pronto comenzó a llover por lo que tuve que abordar un taxi, en el transcurso escuchaba música pero el amable conductor captó mi atención con su conversación, entonces me despojé de los audífonos y coloqué mi celular en un compartimento de mi mochila.
Manteníamos la conversación durante el trayecto hasta que finalmente arribé al lugar en el que me entrevistaría con aquella persona: pagué el viaje; la lluvia era intensa por lo que me tuve qué cubrir como pude y proteger las cosas que llevaba conmigo.
Descendí del automóvil, sólo empujé la puerta como pude y con la inercia corrí al lugar más próximo para protegerme de la lluvia.
El taxi aún no arrancaba, al llegar al techo en el que me cubrí, me di cuenta que algo faltaba.
Desesperado, busqué sin encontrar nada y justo cuando corrí hacia el taxi, en ese justo momento se puso en marcha y mi carrera fue inútil... se había llevado mi #NokiaLumia consigo.
No se si a ustedes les ha pasado pero en ese momento tuve muchos sentimientos encontrados.
Sentí coraje, rabia.. incluso tristeza, mucha tristeza; me acostumbré tanto a mi Nokia: por mi trabajo, por todos mis contactos como números telefónicos, correos electrónicos de clientes, proveedores y amigos. Imágenes de mis proyectos, fotografías que había hecho para Instagram y mi libro el cual por suerte había realizado un respaldo, todo.
Era una extensión de mi, mi oficina móvil. Todo.
Por suerte la persona a quien iba a ver, ya se encontraba en el lugar y el asunto a tratar no era complejo por lo que en poco tiempo, me encontraba en un café internet para bloquear todas mis redes así como mis correos electrónicos: intenté ubicar mi móvil vía localizador para recuperarlo o bloquearlo pero lamentablemente no tenía activada la opción de ubicación.
Hasta aquí el comentario de hoy, por favor si les ha gustado compártanlo en sus redes, también déjenme un comentario. Como siempre reciban un fuerte abrazo.
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Twitter: @adwolf_lob
Instagram: lobopatricio
Snapchat: @lobopatricio
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Bien, les quiero contar un poco sobre mi historia con los teléfonos celulares.
Mi primer móvil fue un Motorola Startac que en ese entonces era la sensación, lo adquirí básicamente por lo compacto del aparato y porque mi trabajo requería el estar comunicado.
Después, y para no aburrirlos, brincamos al mas acá.
Pasados algunos años en mi trabajo actual y por el tipo de negocio (Empresa de Publicidad), era indispensable estar conectado y con un buen dispositivo de apoyo, fue por eso que adquirí un Sony Ericsson W760.
Este móvil me servía de mucho pues contaba con un sistema GPS que me ayudaba a saber mi ubicación y los lugares que visitaba: me ayudaba también a permanecer conectado a mi correo electrónico. Contaba con una cámara de 3.2 megapixeles la cual me permitía hacer fotografías de buena calidad, mismas que podía imprimir en alguna isla de Kodak o Fuji vía Bluetooth; también lograba fotografías de los prototipos para la presentación de nuestros proyectos.
Aunado a esto, contaba con una buena capacidad de almacenamiento el cual aproveché para hacer una buena selección de música (una de mis pasiones) la cual reproducía durante mi traslado a mis juntas de trabajo mientras disfrutaba de un buen libro.
Aunado a esto, contaba con una buena capacidad de almacenamiento el cual aproveché para hacer una buena selección de música (una de mis pasiones) la cual reproducía durante mi traslado a mis juntas de trabajo mientras disfrutaba de un buen libro.
Este móvil me hacía la vida más relajada, lamentablemente con las prisas y algunos descuidos, en varias ocasiones sufrió de caídas hasta que finalmente dejó de funcionar, ahí culminó la vida útil de mi teléfono.
Después de esto la empresa, con el afán de ahorrar pero al mismo tiempo de mantener contacto, me proporcionó nuevos teléfonos, todos ellos obsoletos, únicamente para realizar llamadas lo cual me dio una gran oportunidad de continuar con mi amada lectura.
Les dejo la liga del blog que hice sobre lo que he leído.
Al principio me molesté pero no objeté y dejé que las cosas siguieran su curso y aproveché para dedicar mi atención a la lectura. Algo que me fascina.
Conforme vencían los contratos con la telefonía nos actualizaban el equipo, así llegó a mí un Motorola EX122 que contaba con lo básico, y el cual le sacaba provecho con la cámara. Sin duda era una buena herramienta para el trabajo.
Pero esto no era suficiente; entonces conseguí otro móvil: un BlackBerry 9650 el cual me permitía volver a estar conectado con mis clientes y con la oficina, la cámara fotográfica era mejor sustancialmente y me servía de mucho al igual que la señal, jamás tuve problemas con ello.
En ese tiempo, pasé por una situación que cambió un poco mi percepción de las cosas y algo en mi interior cambiaba y de pronto sentí las ganas y la necesidad de escribir, deseaba fervientemente distraer mi mente para de alguna forma aterrizar todo aquello que yo sentía: para esto, intenté descargar un procesador de textos en mi nuevo móvil pero la decepción llegó, esa versión no era la óptima para dicha acción por lo que deseché la idea.
Les dejo la liga del blog que hice sobre lo que he leído.
Al principio me molesté pero no objeté y dejé que las cosas siguieran su curso y aproveché para dedicar mi atención a la lectura. Algo que me fascina.
Conforme vencían los contratos con la telefonía nos actualizaban el equipo, así llegó a mí un Motorola EX122 que contaba con lo básico, y el cual le sacaba provecho con la cámara. Sin duda era una buena herramienta para el trabajo.
Pero esto no era suficiente; entonces conseguí otro móvil: un BlackBerry 9650 el cual me permitía volver a estar conectado con mis clientes y con la oficina, la cámara fotográfica era mejor sustancialmente y me servía de mucho al igual que la señal, jamás tuve problemas con ello.
En ese tiempo, pasé por una situación que cambió un poco mi percepción de las cosas y algo en mi interior cambiaba y de pronto sentí las ganas y la necesidad de escribir, deseaba fervientemente distraer mi mente para de alguna forma aterrizar todo aquello que yo sentía: para esto, intenté descargar un procesador de textos en mi nuevo móvil pero la decepción llegó, esa versión no era la óptima para dicha acción por lo que deseché la idea.
#Motorola EX122
#BlackBerry 9650
Continuaba leyendo y disfrutando de mis recorridos con excelente música hasta que llegó a mí, un grandioso Smartphone -Nokia Lumia- un aparato con fabuloso diseño que me cambió todo: con una capacidad de recepción estupenda, me permitía permanecer conectado a mi correo electrónico sin ningún problema. Con una capacidad de almacenaje que me permitía contar con una buena cantidad de información de mis clientes y proveedores. Con procesador Windows Phone que me permitía contar con un correo electrónico (muy rápido por cierto) lo cual me facilitaba mucho más el trabajo pues nunca perdía la señal.
Nokia Lumia
También podía tener acceso a mi cuenta de correo: digamos. ¡laboral!, a través del cual podía checar algún render, plano o cotizaciones, realmente todo un aparato.
Gracias al viejo BlackBerry y su inexistente procesador de textos, comencé a tomar notas desde mi computadora en el procesador Word; ¡magnífica curiosidad la mía! una tarde, y después de haber abandonado por unos días mi escritura, transferí mi archivo a mi nuevo Nokia Lumia. No tenía muchas esperanzas hasta que finalmente, desde ese móvil, abrí mi archivo y descubrí que también podía escribir en él. Eso me puso feliz pues en ese entonces, pasaba por un momento gris en mi vida y sin duda ese móvil, me vino a rescatar proporcionándome el pretexto perfecto para ocupar mi mente en algo productivo.
Así, comencé a escribir mi vida:
una recopilación que llamo -Libro-.
Aprovechaba cada instante para escribir y así iba incrementando a cada momento los números de páginas a mi libro.
Las cosas tomaban un tinte distinto, seguía creando y disfrutando de mi escritura y el tomar fotografías.
Con la conexión que este gadget me brindaba y en las ocasiones que me tomaba un receso, o hacia un espacio en mi libro, me daba un tiempo para realizar algo que también me apasiona y es: conversar, me ayudaba conocer a mas personas, lograba tener una plática extensa que nos llevaba a diferentes temas de las cuales y conforme la conversación tomaba cierto auge; surgían conceptos y puntos de vista que conformaban un conjunto de palabras que comencé a seleccionar y recopilar, después de esto, los convertí en frases que llevé a mis publicaciones en mis redes sociales con el hashtag
#PláticasyReflexionesdeLobo
Sin duda aprovechaba en todo momento de mi nuevo móvil.
Así transcurrieron los meses y una tarde decidí hacer un respaldo de mi libro pues había avanzado mucho y tenía acumulados varias páginas así que, decidí transferir el archivo a mi computadora para tener mas espacio en mi teléfono. Esa tarde de viernes todo parecía normal. Debía ver a una persona antes de ir a casa, de pronto comenzó a llover por lo que tuve que abordar un taxi, en el transcurso escuchaba música pero el amable conductor captó mi atención con su conversación, entonces me despojé de los audífonos y coloqué mi celular en un compartimento de mi mochila.
Manteníamos la conversación durante el trayecto hasta que finalmente arribé al lugar en el que me entrevistaría con aquella persona: pagué el viaje; la lluvia era intensa por lo que me tuve qué cubrir como pude y proteger las cosas que llevaba conmigo.
Descendí del automóvil, sólo empujé la puerta como pude y con la inercia corrí al lugar más próximo para protegerme de la lluvia.
El taxi aún no arrancaba, al llegar al techo en el que me cubrí, me di cuenta que algo faltaba.
Desesperado, busqué sin encontrar nada y justo cuando corrí hacia el taxi, en ese justo momento se puso en marcha y mi carrera fue inútil... se había llevado mi #NokiaLumia consigo.
No se si a ustedes les ha pasado pero en ese momento tuve muchos sentimientos encontrados.
Sentí coraje, rabia.. incluso tristeza, mucha tristeza; me acostumbré tanto a mi Nokia: por mi trabajo, por todos mis contactos como números telefónicos, correos electrónicos de clientes, proveedores y amigos. Imágenes de mis proyectos, fotografías que había hecho para Instagram y mi libro el cual por suerte había realizado un respaldo, todo.
Era una extensión de mi, mi oficina móvil. Todo.
Por suerte la persona a quien iba a ver, ya se encontraba en el lugar y el asunto a tratar no era complejo por lo que en poco tiempo, me encontraba en un café internet para bloquear todas mis redes así como mis correos electrónicos: intenté ubicar mi móvil vía localizador para recuperarlo o bloquearlo pero lamentablemente no tenía activada la opción de ubicación.
Abogué también por la buena voluntad de las personas: durante esa tarde y hasta las 2 de la madrugada me mantuve llamando por si alguien respondía; había planeado pagar porque me lo devolvieran pero mi lucha fue en vano. Para el siguiente día volví a intentar la llamada pero fue inútil, inmediatamente me enviaba al buzón, entonces me resigné, finalmente tuve qué aceptar mi derrota y que mi Nokia Lumia jamás volvería a mi.
Después de unos días de negociar con la empresa de telefonía, no logramos nada pues nuestro contrato no contaba con un seguro por lo que debía esperar al vencimiento del mismo.
El siguiente paso fue conseguir un aparato en tanto la telefónica me dotara de uno nuevo, busqué y contemplé algunas opciones de teléfonos, pero no era lo que yo necesitaba para mi trabajo.
Continúe mi búsqueda y finalmente me ofrecieron un iPhone 4S, sin duda, era una muy buena opción.
No soy una persona pretenciosa u obsesionada por la tecnología o de contar con un equipo costoso u ostentoso sólo para formar parte de ese grupo pretencioso, sólo necesitaba cubrir las necesidades del trabajo y de realizar lo que me gusta.
Este móvil era más que suficiente.
Por tanto trabajo y ajetreo: éste es el estado actual de mi #iPhone y aun así escribimos este #blog.
Con los días descubrí que la carga de energía era muy reducida y la duración de la misma era de sólo unas horas, pero podía lidiar con eso y desde entonces, suelo llevar conmigo el cargador por si mi celular requiere de recargar la energía.
Eso me permitía continuar escribiendo mi vida (libro) durante mi traslado a la oficina o en las veces que acudo a mis citas con mis clientes para cerrar algunos proyectos.
Aprovechaba su GPS y el servicio de correo electrónico. Retomé mi gusto por la fotografía y capturaba los sitios y las cosas que acaparan mi atención y las publicaba en mis redes.
Continuaba conversando con mis amigas y amigos seleccionando fragmentos de mis pláticas creando un archivo en donde los iba acumulando; de pronto, una tarde revisando y ordenando todos esos textos, llegó a mí una idea que en un principio me pareció una locura, y me dije:
Obviamente no voy a cambiar al mundo pero yo quería hacer algo diferente, entonces aproveché mi nuevo móvil e inicié un nuevo proyecto: así que en Julio de 2016 decidí crear mi blog (Platicando con Lobo) mismo que dependiendo del tiempo que mi trabajo me permite, escribo y sigo creando con diversos temas: por momentos lo hago en la computadora y algunas veces los escribo y publico desde mi iPhone 4s.
Claro que no es algo profesional pues lo hago como pasatiempo de modo empírico, no soy un escritor pues decirlo sería ponerme en los zapatos de aquellos que quizás viven de ello o que tal vez cuentan con un patrocinio: nada de eso, pero me gusta saber que allá afuera existen personas que quizás se identifican con lo que leen o que comparten lo plasmado en aquellos textos míos. En fin...
El punto es, que cuando algo nos apasiona, nos atrae o simplemente nos deleita realizar, nos esforzamos y aprovechamos los medios disponibles para crear y proyectar nuestras ideas de modo que en mi caso; continuaré dedicando esos minutos libres para continuar escribiendo mi libro que no estoy seguro que logre publicar pero que sin duda, me llenará de satisfacción saber que mi vida será una historia escrita, y que está disponible para quien quiera conocer mi niñez o la vida que a mi me ha tocado vivir.
Del mismo modo, seguiré acumulando frases derivadas de mis conversaciones, captando cada momento del tiempo y de los lugares e imágenes caprichosas que se perpetuarán en mis fotografías, y sobre todo, estar en contacto con aquellos que me regalan su tiempo echando un vistazo a todo lo que logro con un teléfono celular.
Después de unos días de negociar con la empresa de telefonía, no logramos nada pues nuestro contrato no contaba con un seguro por lo que debía esperar al vencimiento del mismo.
El siguiente paso fue conseguir un aparato en tanto la telefónica me dotara de uno nuevo, busqué y contemplé algunas opciones de teléfonos, pero no era lo que yo necesitaba para mi trabajo.
Continúe mi búsqueda y finalmente me ofrecieron un iPhone 4S, sin duda, era una muy buena opción.
No soy una persona pretenciosa u obsesionada por la tecnología o de contar con un equipo costoso u ostentoso sólo para formar parte de ese grupo pretencioso, sólo necesitaba cubrir las necesidades del trabajo y de realizar lo que me gusta.
Este móvil era más que suficiente.
Por tanto trabajo y ajetreo: éste es el estado actual de mi #iPhone y aun así escribimos este #blog.
Con los días descubrí que la carga de energía era muy reducida y la duración de la misma era de sólo unas horas, pero podía lidiar con eso y desde entonces, suelo llevar conmigo el cargador por si mi celular requiere de recargar la energía.
Eso me permitía continuar escribiendo mi vida (libro) durante mi traslado a la oficina o en las veces que acudo a mis citas con mis clientes para cerrar algunos proyectos.
Aprovechaba su GPS y el servicio de correo electrónico. Retomé mi gusto por la fotografía y capturaba los sitios y las cosas que acaparan mi atención y las publicaba en mis redes.
Continuaba conversando con mis amigas y amigos seleccionando fragmentos de mis pláticas creando un archivo en donde los iba acumulando; de pronto, una tarde revisando y ordenando todos esos textos, llegó a mí una idea que en un principio me pareció una locura, y me dije:
¡¡los locos son los que cambian el mundo!!
Obviamente no voy a cambiar al mundo pero yo quería hacer algo diferente, entonces aproveché mi nuevo móvil e inicié un nuevo proyecto: así que en Julio de 2016 decidí crear mi blog (Platicando con Lobo) mismo que dependiendo del tiempo que mi trabajo me permite, escribo y sigo creando con diversos temas: por momentos lo hago en la computadora y algunas veces los escribo y publico desde mi iPhone 4s.
Claro que no es algo profesional pues lo hago como pasatiempo de modo empírico, no soy un escritor pues decirlo sería ponerme en los zapatos de aquellos que quizás viven de ello o que tal vez cuentan con un patrocinio: nada de eso, pero me gusta saber que allá afuera existen personas que quizás se identifican con lo que leen o que comparten lo plasmado en aquellos textos míos. En fin...
El punto es, que cuando algo nos apasiona, nos atrae o simplemente nos deleita realizar, nos esforzamos y aprovechamos los medios disponibles para crear y proyectar nuestras ideas de modo que en mi caso; continuaré dedicando esos minutos libres para continuar escribiendo mi libro que no estoy seguro que logre publicar pero que sin duda, me llenará de satisfacción saber que mi vida será una historia escrita, y que está disponible para quien quiera conocer mi niñez o la vida que a mi me ha tocado vivir.
Del mismo modo, seguiré acumulando frases derivadas de mis conversaciones, captando cada momento del tiempo y de los lugares e imágenes caprichosas que se perpetuarán en mis fotografías, y sobre todo, estar en contacto con aquellos que me regalan su tiempo echando un vistazo a todo lo que logro con un teléfono celular.
Ahora conocen lo que yo hago, entonces yo te pregunto:
Síganme en mis redes.
Twitter: @adwolf_lob
Instagram: lobopatricio
Snapchat: @lobopatricio
Aquí 🔻 las opciones para compartir este blog