Cuenta regresiva


Hola Amigos, cómo están.

Decidí hacer de una de mis conversaciones, un blog.

Si. Mi blog nació exactamente de esa forma. De todas esas conversaciones que he conseguido entablar con mis amigos, familiares, mis padres; hermanas y hermanos, conocidos y con personas casuales con quienes de alguna manera coincido en algún sitio.  

Por eso el nombre de (Platicando con Lobo)

El tema de este blog surgió de una conversación casual (como la mayoría) pero el contenido es lo que me motivó a incluirlo en esta página.

Como ya les comenté, me agrada mucho el escuchar y conversar pues es una forma también de nutrir a la mente.

Hace algunos meses, en una de esas plática surgió el tema: Laura mi amiga, me comentaba sobre la situación de un elemento de su familia. Hice (como todos) la mueca de sorpresa acompañado por una palabra de apoyo pues creo que la percepción que la mayoría tenemos ante algo como esto, es: Una terrible sentencia, una cuenta regresiva.
He sabido a través de los diferentes medios de comunicación sobre personas a quienes les ha afectado este mal, personajes de la farándula que han perdido la vida tras un terrible padecimiento.

Hace tan sólo unos meses: Septiembre para ser un poco más precisos, a su cuñada; le diagnosticaron lo inimaginable.

La historia:

Hace un año todo transcurría de manera normal. Como en toda familia, nunca faltan los malos entendidos ni los roces que se convierten a veces en peleas. Pero nada fuera de lo normal.
La armonía y la calma eran una constante entre cada elemento de la familia, las fiestas decembrinas del año anterior se celebraron con toda regularidad, sin nada que perturbara a la familia.

Al principio del siguiente año las cosas transcurrían de forma normal. Desafortunadamente nunca percibimos o detectamos lo que sucede en el núcleo familiar o en nosotros mismos.

Transcurrieron los meses sin ningún altercado o algo inusual. 3 meses después se encontraron, y mi amiga notó algo extraño en ella:

Laura: -¡Oye, has bajado de peso!-

Estela (Cuñada): -¡Cómo crees, yo me siento igual!-

Laura: -¡Pasa la receta! Bromeó

Estela (Cuñada): -¡No, para nada, no hay ninguna receta, estoy bien!

Estela era de talla grande, es por eso que el cambio físico fue evidente, pero todo parecía circunstancial.

Pasaron nuevamente algunos meses cuando en una reunión, se volvieron a encontrar y entonces la situación parecía haberse salido de control. Estela mostraba un aspecto muy contrastante a lo habitual.
En esa reunión, gran parte de los invitados; mostraron su asombro ante el alarmante estado físico que mostraba. 
En muy pocos meses había perdido mucho peso al igual que masa muscular. La pigmentación de su piel era totalmente distinta, mostraba una palidez con un toque amarillento lo que demostró que algo andaba mal; pero ella continuaba restándole importancia saliéndose por la tangente cuando sus familiares y amigos la abordaban buscando alguna información sobre su salud.

Conforme pasaron los días, de pronto comenzó a tener dificultades para desplazarse, su debilidad era más que evidente, entonces su marido decidió llevarla al médico pues todo eso ya no era normal.
Tras la revisión, el diagnóstico fue: anemia, por lo que el doctor procedió a recetarle todo lo necesario para recuperar peso.
Comenzó con la tarea de recuperar todo lo que en poco tiempo había perdido.

Después de los días sugeridos por el médico, volvieron nuevamente para una revisión más, pero los resultados arrojaron todo lo contrario. Nada de lo que había hecho durante ese lapso de tiempo dio los resultados esperados:

El doctor, alarmado, les comentó: -¡Señores, ésto no me gusta nada, con todo lo que le receté: para éstas alturas debería mostrar por lo menos una pequeña mejoría lo cual no es así, por el contrario: perdió más peso y su anemia ya es alarmante por lo que es urgente se le realice una transfusión de sangre!-

Marido: -¡Doctor, pero a qué se debe pues me encargué de que llevara al pie de la letra todo lo que usted le recomendó: no entiendo!-

Doctor: -¡Eso es lo que está muy raro por lo qué voy a necesitar que se realice unos estudios!-

Y así lo hicieron.

Volvieron unos días después con el medico quien al ver el resultado de los estudios, les dio la noticia.

Doctor: -¡Bien, estoy viendo algo en la parte del hígado que no me gusta para nada, hay un tumor en el hígado y debemos estudiarlo para descartar algo mas!.

Mientras tanto, Estela continuaba deteriorándose; cada día perdía peso y fortaleza, víctima de la anemia. 
Durante se tiempo le tuvieron que realizar otra transfusión de sangre pues su estado era alarmante. 
De pronto Estela ya no era la mujer de el año 2015 en el que lucía jovial y llena de vida. Para ese entonces Estela tenía el aspecto de una mujer de la tercera edad, se desplazaba con mucha dificultad y requería de apoyo pues su fortaleza era casi nula.

Una tarde, sonó el teléfono en casa de Laura

Laura se encontraba en casa recuperándose de una cirugía de apéndice que le habían realizado unos días atrás; una de esas tardes, sonó el teléfono, su marido atiende la llamada.

Esposo: -¡Es mi hermana, me pide que vaya a su casa!- ¿me acompañas?-

Laura: -¡Aún siento el dolor de la cirugía; ve, igual es una reunión únicamente de familia!-

Esposo: -¡Está bien, vuelvo más tarde!-

Así, el esposo de Laura se dispuso a visitar a su hermana.

Era extraño que de la nada reuniera a toda la familia.
Laura aun convaleciente, prefirió aguardar en casa. Mas tarde, sonó su teléfono celular: era su esposo:

Laura: -¡Hola!-

Esposo: -¡Oye!-
              -¿Puedes venir a la casa de mi hermana por favor?-

Laura: -¡No me siento del todo bien!- en eso notó un cambio muy drástico en la voz de su marido por lo que preguntó:
-¿Todo bien? 
- ¿Estás llorando?.

Esposo: -¡Por favor, ven!-

Entonces Laura se apresuró, se arreglo un poco el cabello y salió en busca de su marido. 
Al llegar a la casa de Estela; todos se encontraban en silencio, sólo se miraban el uno al otro como conmocionados: Laura interrumpió ese silencio preguntando: -¡Qué sucede! -¿Todo bien?-     
Estela responde con la mirada perdida: -¡Lau, los reuní porque quiero compartirles algo que me está pasando. Como pueden ver, no estoy nada bien y pues después de las visitas al doctor, uno de los estudios detectó un tumor en el hígado. El medico solicitó otros estudios para ver si el tumor es benigno y ver qué hay que hacer, por eso es que les pedí de favor nos reuniéramos aquí para informarles de mi situación!-.

Culminó Estela mientras una parte de la familia permanecía en silencio y los demás lloraban, entre ellos: su madre que al escucharla, de la impresión perdió el conocimiento volviendo en sí minutos después.  

Después de esto, con la fuerte noticia: los que acudieron uno a uno se fue retirando. Tocó el turno de Laura quien ante la magnitud de la situación, se acercó a Estela para despedirse y darle unas palabras de aliento:

-¡Estela, pues nos vamos, se fuerte y échale muchas ganas, cuenta con nosotros si en algo podemos ayudar!-.

Estela la miró, la tomó de las manos y la atrajo hacia ella y la abrazó como nunca, en ese momento con el sentimiento a flor de piel le susurró al oído:

-¡Gracias por venir. Sé que por nuestras diferencias, no hemos tenido la oportunidad de convivir; a veces por cosas tontas olvidamos que somos una familia, y te pido perdón por eso, te prometo que todo va a cambiar entre nosotras, todo lo pasado queda olvidado. Perdóname por favor!-

Al escuchar esto, Laura visiblemente conmovida con los ojos llenos de llanto contestó:

-¡Olvídalo mujer, está bien, borrón y cuenta nueva: ánimo!-

Facilitando las cosas de alguna manera  y aminorando la fatiga de Estela.
Se despidieron.

Unos días después, otra visita a la clínica.

Doctor: -¡Bien, señora, señor; he revisado los estudios... El tumor se desarrolló de tal tamaño que está oprimiendo su intestino y es por eso que usted con lo poco que comía, se sentía satisfecha. 
¿Usted no notó algo raro o diferente cuando iba al baño? 

Estela insegura dentro de su debilidad sólo contemplaba al galeno quien continuó. Este tumor lo que ocasionó fue que, procesaba su sangre de tal forma que en lugar de bombear o canalizar la sangre hacia las arterias o venas, lo procesaba  y usted lo desechaba  vía recto, dígame.  ¿En algún momento notó algo raro? interrogaba el doctor.

Estela: -¡Si, de un tiempo para acá noté que lo que arrojaba (excremento) era de color oscuro!- afirmó

Médico: -¡Exacto, era su sangre: de esa forma la perdía, eso provocó la anemia y las transfusiones que le realizamos tampoco le sirvieron. Aunado a esto, usted no comía bien por el tamaño del tumor que le estaba comprimiendo el intestino y de acuerdo a sus estudios, tengo qué ser directo!-

El doctor hizo un silencio casi sepulcral mientras miraba los resultados. 
Miró al marido de Estela y centró su atención en él.

Medico: -¡Señor. Tengo que pedirle un gran favor. Necesito que sea fuerte, que sea muy paciente, que dentro de todo esto usted se llene de fortaleza porque su esposa va a necesitar de usted. Estela tiene cáncer!-

Al oír esto Estela se puso a llorar mientras el doctor continuaba hablando con su esposo.

Medico: -¡Quiero ser totalmente honesto con usted. El cáncer ya afectó el aparato digestivo y gran parte de sus órganos está invadido por metástasis. Ya no podemos hacer nada, desafortunadamente se detectó muy tarde y esto ya es una fase terminal. No quiero ser tan duro pero: el pronóstico es muy reducido, 3 o 4 meses aproximadamente. Podemos recurrir a la quimioterapia pero no le garantizo nada por el avance de la enfermedad y por el ya frágil estado físico de su esposa!-

Culminó agregando un.. -¡Lo lamento señor!-

El esposo de Estela apretando los labios, con un leve temblor en la barbilla aguantando las lagrimas, sólo contemplaba al doctor atento a cada una de sus palabras. Sólo pudo decir: -¡Gracias doctor!-. y se retiraron, después de que el medico le diera toda una lista de instrucciones para sobre llevar la situación.

Era Septiembre. Estela tras la fatal noticia mostró un poco de entusiasmo y al día siguiente acudió a lado de su esposo a su primera quimio. Días después, el cáncer mostraba su fuerza con dolores intensos que la hacían llorar.
Por todo esto, se tuvo que enviar a la niña pequeña de 10 años a pasar unos días con su abuela para evitarle algún trauma.

En momentos se mostraba fortalecida y en una de esas ocasiones, organizó una visita  a la Basílica de Guadalupe: no para pedir por su salud, sino por sus seres queridos pues ella era consiente de lo que se venía. 
Invitó a toda la familia, por su puesto sus 2 hijos, el barón quien ya tiene una familia y su hija de 10 años. Invitó también a Laura quien acudió al llamado.

Tras unos días, muy animada; nuevamente se alistaba para acudir a otra quimio pero sería la última vez. Comenzó a manifestar terribles dolores que la derribaban, dolores intensos que la hacían llorar llevándola a la desesperación. Tuvo que acudir a la clínica para de alguna forma mitigar todo ese dolor.

Permanecía por 1 o 2 días en calma y nuevamente la crisis, los dolores que cada vez eran mas intensos y su cuerpo ya no tenía la fortaleza para resistir. Ella lloraba del dolor mientras su esposo lloraba de la impotencia por no poder hacer nada.
Él trabajaba en un restaurante donde le iba muy bien pero a raíz de esto, hubo que quedarse en casa para apoyar a su mujer.
En esas duras crisis de dolor ella suplicaba la muerte:

La cuenta regresiva había iniciado.

 -¡Por favor, ayúdame!- decía Estela.

Marido: -¡Mi Amor, qué hago, cómo te ayudo mi vida!- decía desconsolado.

Estela: -¡Ayúdame por favor, me duele mucho!- 
Decía al tiempo que con sus débiles y huesudas manos tomaba las de su esposo. 

-¡Ayúdame a irme por favor, no puedo mas, si me amas dame paz, dame algo para acabar con esto.!- suplicaba.

Fue tal la impresión que optó por internarla en la clínica.
Era obvio que los diagnósticos no serian nada buenos.

Medico: -¡Señor, su esposa está en un momento crítico, le vamos a suministrar morfina en un nivel óptimo porque el desgaste físico es sumamente grabe y no resistiría una fuerte dosis, esperemos esta noche a ver cómo progresa! Decía a la familia.

Su marido entró a verla y apenas podía articular palabra. 

Él sólo guardaba silencio y ella con un esfuerzo sobrehumano pidió hablar con los ahí presentes.

Uno a uno fueron pasando empezando por los padres, le siguieron los hermanos y finalmente su marido. 
De esa forma se había despedido de todos.
Era la Nochebuena del 2016.
Había partido mientras su esposo sostenía su fría mano.

Se realizaron los funerales, fueron trascurriendo los días.
Todo tenia un tinte diferente, todos asimilaban la pérdida, todos menos su marido. 
Su carácter se había transformado a uno agrio, amargado, y es comprensible; pues la pérdida de su mujer y todo el desenlace le afectaron mucho. 
Sentía culpa por 2 motivos: por no ser mas enérgico con su difunta esposa en realizarse los estudios pertinentes cuando comenzó a manifestarse su cambio físico, y por no poderle ayudarle cuando le suplicó le diera paz.

El hombre a retomado el trabajo y ahora se enfoca en su hija, un ángel que desde hora es su sostén, su aliciente para seguir luchando.

Amiga (os), quise compartir esta conversación pues en mi caso, me sirve de lección: el que debemos ser mas conscientes de los malestares físicos que podamos tener y que por lo regular siempre le restamos importancia.

Prevención, es lo que debemos grabarnos muy bien. Fomentemos en nuestras vidas el hacernos un chequeo general por lo menos una vez al año, pues eso nos puede ayudar mucho.
Mujeres y hombres, todos en la lucha contra el cáncer.


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1 comentario:

  1. Woooooo, me ha sacado las lágrimas, ya que mi hermano está luchando con el cáncer, que me dure hasta donde Dios me perolo permita, lo he perdonado por lo que me hizo en el pasado y ahora disfrutó cada momento a su lado. Y visitar al médico cada año es cuidarte, pero a cualquier síntoma extraño, acudir de inmediato para cuidarnos. Un abrazo Lobo. 😘🐺

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