En el momento de decir adiós.


Amigos, cómo están.

2004. Un año crucial en nuestras vidas.

Nos encontrábamos superando  una situación muy complicada, siendo honestos, para ese entonces; luchábamos por salir a flote después de un largo tiempo de desasosiego, de calamidades: de complejas y funestas situaciones que nos agobiaban a mi esposa y a mí.

Era una etapa muy dura en la que económicamente nos estaba yendo de lo peor. Recién había cambiado de empleo y luchaba con los gastos que durante tiempo se me acumularon por la mala paga de mi empleo anterior. Fue una etapa muy dura en la que todo un mundo de calamidades se habían conjugado en mi contra: Pésima paga, horarios duros, riesgos constantes de: cortaduras, quemaduras, en fin.. un empleo de alto riesgo que a su vez me acarreó diferentes problemas.

El nuevo empleo me daba la oportunidad para solventar algunas de mis deudas entre ellas, el alquiler de nuestra vivienda el cual se me acumuló por un tiempo, no había terminado de liquidar un mes de renta cuando ya tenía un mes más acumulado. Pero nuestra situación de cierto modo se establecía aunque con dificultades, aun así necesitábamos cambiar varias cosas, entre ellas, el lugar para vivir.


La situación con el arrendador se tornaba un tanto complicado cada vez más, después de varios años con él, tal parecía que aquel carácter bonachón solo era para captar clientes; todo se complicaba. Por fortuna, yo ya podía cubrir un poco más de aquellos gastos que se iban generando, pero para éste tipo no era suficiente y cada vez insistía en obtener más dinero de nosotros con diversos argumentos, entre ellos "la mejora del lugar", esto se hizo cada vez más insostenible por lo que buscamos otro lugar para vivir. Tardamos algunos días hasta que finalmente nos comentaron sobre una vivienda ubicada a unos minutos de ahí; era necesario y apremiante el cambiarnos de este lugar, entonces: fuimos a conocer la vivienda. Preocupados, asistimos y fuimos recibidos por una amable señora de unos 50 años: una señora que mostraba autoridad y carácter. Nos mostró el lugar, lo recorrimos y quedamos enamorados automáticamente de la vivienda. Pasamos al tema monetario, como ya mencioné, pasábamos por un momento económico muy complicado pero teníamos qué enfrentar la situación.
La noble señora nos decía el costo de la renta y demás pagos: nuestras vidas en ese momento pendían de un hilo pero era mejor hablar ya: 

-¡Gracias señora. Nos gusta el lugar, y sí queremos vivir aquí pero debo ser honesto con usted, estamos atravesando por una situación monetaria complicada, en este momento no contamos con los montos para cubrir lo de la renta y el depósito. Señora, denos la oportunidad de liquidarle todo esto cuando cobre mi sueldo el próximo día de pago. Tenga la seguridad que así será!-

La señora nos miró con el ceño fruncido: en ese silencio casi sepulcral yo ya maquinaba otra alternativa pues nos era vital cambiar de hogar.

-¡Tengo a otras personas,  que me liquidan todo y vendrán hoy a confirmarme y pues entiéndame que, es mi negocio y uno pues.. debe velar y cuidar de ello!- decía.

Nos miramos desilusionados aunque  ya tenia una propuesta en mente.

De pronto.

-¡Miren, creo que todos nos debemos ayudar en los momentos difíciles y pues bueno, como una ayuda les digo: pueden venirse en el momento que lo deseen, esperaré unos días para el pago, no pasa nada!- nos sorprendió

Le agradecimos la gran ayuda y la oportunidad, pues  nadie se expondría a una situación así sin importar la necesidad de otra persona. 
Desde ese momento todo tomaba un buen rumbo. 

Nuestras vidas cambiarían, y desde ese entonces, vivimos muy agradecidos. Por todo esto, mi esposa y yo la llamamos nuestro (Angel), pues nos brindó el apoyo en el momento que más lo necesitábamos y a partir de ese día, nuestras vidas paulatinamente lograron la estabilidad que necesitábamos.

Los días que vinieron después fue de armonía y calma. 

Con el paso de los años conocí a su familia: sus hijos, con quienes entablé una amistad (no muy apegada) pero si de respeto y afecto. Todo en armonía.

Después de varios años de vivir en este apacible lugar, nos enteramos que la noble señora había sufrido un percance: un infarto cerebral: lo supimos después, y era un milagro pues fue tratada de inmediato y no pasó a mayores la situación. Pasaron los días y la señora había perdido peso pues tras el incidente y tras realizarle estudios, también le detectaron diabetes. 

Con su fortaleza impresionante y los cuidados pertinentes, muy pronto se reincorporó a sus actividades diarias.
Pasaron varios años más. 
Con toda esa energía, todos los días y como toda señora de una época en la que el trabajo era una norma y aprendizaje, todas las mañanas muy temprano se encontraba en la cocina en los preparativos para el desayuno. En ocasiones cantando, siempre inyectando esa energía, ese ímpetu de la vida. Siempre vital, siempre atenta.

Los días en que había que pagar la renta, siempre nos recibía en su hogar: y esa visita de pago se convertía en horas de conversación amena que parecía no tener fin. 


La broma que le hacía al verla llegar del mercado los sábados:

-¡Oiga señora, espero que haya dejado algo para nuestras compras porque veo su carrito lleno de fruta, verduras y demás!- le decía.

-¡Uy señor... pues a ver qué alcanza porque.. pues sí me traje buena parte del mercado!- respondía sonriente.

Las veces que la veía salir apresurada por las mañanas:

-¿Ya se va señora?- le preguntaba.
-¡Ya señor, ya me voy al trabajo!- respondía.
-¡¡Cual trabajo señora, usted debería quedarse en casa: ya trabajó mucho toda su vida y ahora debe descansar!!- le decía reconociéndole el ímpetu que tenía.
-¡No señor. No puedo dejar de trabajar, así crecí y si dejo de trabajar me siento inútil: no hay nada como trabajar para relajarme y sentirme viva!- Me decía 

Todo eso sin duda es de respetarse y de aprender.

Todo eso llenaba de armonía el lugar.

De pronto en fin de año, en su viaje a algún estado del país para pasar unos días de vacaciones:

-¡Me voy, les encargo mi casita por favor, nos vemos en unos días!- decía y tras unas horas de esto; el lugar daba muestra de su ausencia, pues hacía falta su voz, su caminar; su canto, ese ir y venir.
A su regreso, en el lugar resurge de nuevo la vida.

Mayo:
Nuevamente sufre un nuevo percance, esta vez con más intensidad. Pasan los días y por fin vuelve a casa. Convaleciente pero con espíritu de lucha, intenta ponerse de pie retomando su paso aun con las complicaciones.

La casa siente su silencio.

Sus plantas: uno de sus tesoros, siente su ausencia pero aún florecen esperándola.

Los días transcurren y nuevamente sufre tres ataques más y aún así sigue luchando en el secreto de su hogar.

12/Septiembre: 

Finalmente esa voz, esos cantos ya no se volvieron a escuchar.

Esa energía dejó de fluir y contagiar.

Ese ser... nuestro ángel, culminó su visita a esta tierra.

Ese corazón noble, dejó de latir.

Le fuimos a despedir con el corazón en la mano y en los ojos, la muestra de lo mucho que nos dolía su partida. Ahí en su lecho, volvimos a darle las gracias por acogernos en el momento más álgido de nuestras vidas. Le agradecemos infinitamente y le deseamos el descanso eterno y que en donde quiera que se encuentre, seguirá en nuestros corazones ocupando un lugar muy importante.
Conservaremos todo el aprendizaje recibido, pues aprendimos el valor de ayudar, de apoyar: de ser compasivo.  

Vaya con el eterno: Descanse en paz nuestro ángel.
Y a su apreciable familia, todo nuestro afecto.
Descanse en paz querida Señora Berta. 


Hasta aquí un breve y sencillo HOMENAJE  a una Gran señora que me regaló su tiempo y su espacio en estos últimos años. 

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Crónicas de un sismo -19S- CDMX


19 de Septiembre.

Fecha en que se conmemora a las víctimas del terremoto de 1985 en el que perdieron la vida alrededor de 10,000 personas en los múltiples derrumbes.
En ese entonces, la tecnología era casi nula en el país. Toda la información que se obtenía era gracias a las imágenes en periódicos, proyecciones en la tv y en las diversas estaciones de radio que transmitían lo sucedido.

Todos mencionaban los lugares siniestrados, edificios con severos daños en su infraestructura, edificios que en ese entonces, eran íconos de la ciudad como lo era el Hotel Regis que se encontraba ubicado a un costado de la Alameda Central del entonces Distrito Federal; del mismo modo, informaban sobre el derrumbe del edificio principal de la creciente televisora TELEVISA.
En aquel entonces varios niños fallecieron por el derrumbe del Hospital Juárez donde habían nacido unos días antes y muchos de ellos rescatados de entre los escombros.

Todas estas historias siempre vienen a la mente en cada conmemoración y este día 19-Sep-17 aquello no pasada desapercibido.

Desde temprano inició todo el evento conmemorativo.
Se izó a media asta la Bandera de México en memoria de los caídos por el sismo  de entre 8.4 y 8.6 de ese fatídico 19 de Septiembre de 1985.

Más tarde, a las 11:00 se llevó a cabo un gran simulacro en la ciudad de México como una forma de prevención y concientización de cómo actuar en caso de sismo.

En punto de las 11:00am se activó la alerta sísmica, las oficinas y dependencias de gobierno iniciaron la evacuación de edificios para resguardarse en un lugar seguro. Todo esto tomando en cuenta que el movimiento telúrico llegaría entre 70 y 80 segundos a la ciudad dependiendo de dónde se haya originado: ya sea de las costas de Guerrero, Oaxaca, Michoacán o Chiapas en cuyos lugares fueron instalados los sensores o detectores sísmicos que transmiten la señal a la Ciudad de México, dando un espacio de tiempo para ponerse a salvo. Todo el protocolo se realizó en completo orden cumpliendo una vez más los eventos conmemorativos.

19-Sep/2017 13:00hrs

Mi oficina está ubicada a un lado de una avenida por lo que al circular los automóviles, se siente una ligera vibración.
A las 13:14 hrs pasó un camión haciendo vibrar la oficina: la vibración se mantuvo un poco más de lo normal. De pronto ese ligero movimiento se transformó en uno mayor que mecía mi escritorio de un lado a otro:

 -¡¡Está temblando!!- grité, y al decir esto me puse de pie para salir!!-

No creíamos que eso fuera cierto pues la Alerta Sísmica no se había activado.

En milésimas de segundos eso se tornó violento al grado en que no podía desplazarme por ese pequeño pasillo.

La chica de la oficina contigua salió apresurada hacia las escaleras, yo intentaba caminar por ese pasillo de 5 metros el cual se me hizo eterno recorrerlo, de pronto un estruendo, a este le siguieron la caída de las piezas que tenemos como prototipos de exhibidores que con el brutal movimiento comenzaron a desplomarse. Al oír todo eso, ya no pensaba en el pasillo pues mi vista se centró en los muros de la construcción y sólo esperaba en qué momento se partirían.  

Por fin pude llegar a las escaleras en el momento más intenso del movimiento telúrico: di alcance a mi compañera quien por un instante perdía el equilibrio por lo que mi reacción fue sujetarla antes que sufriera una terrible caída.

No pudimos avanzar más, en ese lugar pasamos esos largos segundos en tanto transcurría el terremoto.
Inmediatamente todas las señales telefónicas colapsaron al igual que la energía  eléctrica: tras recuperarme del terrible susto; finalmente pudimos salir a la calle, aún tembloroso, intenté comunicarme con mi esposa y familiares para saber en qué condiciones se encontraban, fue inútil; la señal de mi compañía celular era nula.

Tras el terrible movimiento, casi de forma inmediata muchas personas  salieron despavoridos en busca de sus hijos gritando:

-¡¡Mi niña(o)!!- con llanto en los ojos y corriendo hacia las escuelas.

-¡Mis hijos!- dijo Verónica tras recuperarse de la impresión que le causó la magnitud del movimiento telúrico.

Mis nervios estaban al 100, intenté comunicarme con mis seres queridos en múltiples ocasiones sin ningún resultado. Ingresé de nuevo a la oficina que por fortuna no sufrió daños e intenté comunicarme desde el teléfono fijo cuya señal era intermitente, pero fue inútil.
Mi angustia crecía cada vez más al ver a las personas correr.

Al no tener forma de comunicación decidí ir a casa.
Todo era un caos.
Calles saturadas, automovilistas ansiosos de llegar a sus destinos; personas caminando, unas llorando, otras intentando comunicarse y algunos hablando de lo sucedido.  Era imposible abordar un transporte: llámese autobús o taxi. Opté por caminar al periférico (Av. principal) con todo el calor y la distancia lo cual no me impidió mi avance pues mi prioridad era llegar. Después de 15 minutos arribé al periférico y las condiciones eran las mismas, la saturación llegó al punto de colapsar la circulación: era una fila interminable detenida totalmente en carriles centrales al igual que en los carriles laterales. Había una cantidad impresionante de personas esperando un autobús que ni siquiera figuraba a lo lejos. Mi necesidad en llegar era imperiosa. Por fortuna sonó la notificación de  mi teléfono celular, había recibido un WhatsApp, era un audio de mi esposa:

-Hola amor, esto se sintió horrible pero estamos bien: tú cómo estás-

La vida volvía a mí, fue un gran alivio escuchar a mi esposa y saber que se encontraba bien. Apresurado respondí el audio con una precaria señal mientras buscaba un transporte. Un mundo de gente esperando un transporte que no se vislumbraba por ningún lado. Por casualidad paré un taxi dentro de todo ese caos:

 -Voy a San Jerónimo-  Le dije al conductor a modo de consulta por si no podía llevarme en esa situación:
 -¡Con gusto, vámonos! confirmó el conductor.

En ese preciso instante pensé en la situación y el cómo desearía que alguien hiciera algo por mí en alguna situación difícil.

Abrí la puerta del taxi y sin dudarlo grité:

-¡¿Alguien va para San Jerónimo?!-

Varios voltearon a verme extrañados.

-¡¿Alguien va para San Jerónimo?!- grité de nuevo levantando la mano.

De entre la multitud alguien reaccionó: un caballero: un trabajador de la construcción.

-¿Vas a San Jerónimo?- preguntó a lo que contesté afirmativamente.

-¡Gracias yo también voy para allá!- recalcó y lo invité a abordar el automóvil.

Volví a gritar y entonces se acercó un hombre con bata blanca y portafolios: doctor de uno de los hospitales de aquel perímetro.

Alguien más reaccionó:

 -¡¡Yo también voy a San Jerónimo!!- era la voz de una dama quien al decir esto, corría hacia mí.

Abordamos los 4 y el taxista emprendió la carrera.

Por suerte el conductor comprendía la premura y tomó varios atajos para evitar todo el tráfico que en ese momento ya se había generado en todas las calles y avenidas de la Ciudad de México. En la intermitencia de la señal telefónica, sonó la notificación del Messenger: era mi hermana Raquel quien desde el extranjero quería cerciorase de mi estado.

En el trayecto el taxista tenía encendida la radio  y las noticias comenzaban a fluir, hablaban de incidentes menores como no fuera la caída de una barda o marquesina. El taxista apretaba el paso zigzagueando  entre los autos. La radio daba los pormenores conforme transcurría el tiempo y las noticias fluían: los radioescuchas escribían vía Twitter a la estación para preguntar al locutor sobre las afectaciones ocasionadas por el sismo:

-Mi madre trabaja en la tienda Wal-Mart de Coapa y corre el rumor de que se derrumbó- leía un Twett  de un radioescucha angustiado el locutor.

-No tenemos ninguna información sobre el tema pero en cuanto tengamos el reporte lo transmitimos- decía el conductor de la estación de radio.

Eso y algunos incidentes menores continuaban reportando.

Seguía incomunicado, la señal celular aún era nula.

Finalmente llegamos a las cercanías del estadio C. U. Para ese entonces el congestionamiento vial era un terrible caos, el tráfico era tal, que muchas personas optaron por caminar hacia sus destinos, entre ellos yo. La red de transporte era insuficiente, muchas personas pedían (ride) otras se colgaban como podían en los pocos espacios de los autobuses que aun circulaban y otras más avanzaban caminando. Como pude abordé el camión que por lo menos me dejaría unos minutos de casa, lo importante era llegar a como diera lugar.

Después de unos minutos arribé a la avenida principal sobre la cual me trasladé a pie y después de 15 minutos de la nueva caminata por fin estaba en casa.

Todo estaba bien por fortuna: abracé a mi mujer y también a mis chaparros: Muñeca y Koby mis perros, eran ya las 17:00hrs. 
Tras inspeccionar el inmueble y asegurarme de que todo estuviera bien, decidí tomar mis alimentos pues esa mañana no había desayunado y justo cuando saldría a comer se suscitó el terrible sismo.
Continuábamos sin energía eléctrica. Por todo esto y previendo que así trascurriría en las siguientes horas, conseguimos velas para alumbrarnos durante la noche: por fortuna y después de largas horas a las 8 de la noche finalmente se restablecía la luz eléctrica, entonces encendimos la TV y el dolor apareció. Los diversos noticieros daban detalles de lo sucedido hace algunas horas. 

Para ese entonces la señal de internet también se restablecía y en las redes sociales circulaban ya los videos del momento del terremoto; gritos, estruendos, gente corriendo asustada, postes de luz agitándose de un lado a otro; todo era terror, todo era miedo. 

En la TV hacían enlaces en directo de los lugares afectados. Volví a ver mis redes, entonces encontré el video de una chica que grababa mientras se alejaba para ponerse a salvo:

-¡¡Dios mío, dios mío: el edificio se está moviendo!!- decía y continuaba grabando.

-¡Dios mío, hay gente adentro!.. ¡¡que se salgan, por qué no se salen; dios mío, se partió la pared, por qué no se salen!!- Gritaba visiblemente alterada.

De pronto ante sus ojos, y los míos en mi teléfono celular: el edificio se vino abajo. La chica lloraba e imploraba. No pude con eso y se me salieron las lágrimas..  No sé si de temor, no sé si por las víctimas o por pensar en mi familia.

Tal vez lloraba de temor, no lo sé: simplemente volvía a mí el recuerdo de hace unas horas, nunca imaginé vivir algo así.

Los noticieros en la TV ya daban los pormenores:

-¡Hoy 19 de Septiembre a las 13:14:40 México es azotado por un fuerte sismo de 7.1 grados justo a 32 años del sismo que azoró al país el 19 de Septiembre de 1985!- recalcaban.

-¡Se derrumbó el Colegio Enrique Rébsamen sepultando niños y personal docente!- esa fue la noticia desgarradora acompañada de las imágenes que desde ese momento ya circulaban en las redes sociales mostrando la magnitud de la desgracia: mostraban también a las personas de las cercanías ayudando a salir a los pocos niños que no habían sido bloqueados por los escombros, llorando mientras sus rescatistas intentaban tranquilizarlos diciendo:

-¡Ya nene, tranquilo ya estas a salvo: tranquilo, tranquilo!- decía mientras tomaba en brazos al niño de aproximadamente 5 años quien lloraba visiblemente asustado.

Minuto a minuto se actualizaban los datos:

-Se derrumbó un edificio que funcionaba como fábrica de textiles dejando atrapados a cientos de trabajadores!- era la otra nota.

Y las imágenes continuaban circulando.

-¡Hasta el momento se contabilizan 25 fallecidos y centenares de heridos que han sido trasladados a los distintos hospitales de la Ciudad de México¡-

Actualizaban minuto a minuto.

Perdí el sueño.
Me sentía muy cansado y estresado pero muy: muy temeroso de las réplicas que en algunas veces son también de magnitudes similares.

De niño había vivido varios sismos, sólo que a campo abierto lo cual no me causaba ningún temor pues vivía en provincia.
Del terremoto de 1985 lo único que tengo de recuerdo es: la forma en que se sacudió la vieja choza y las súplicas de mi abuela durante el movimiento.
Pasado los años ya en la ciudad conocí lo sucedido en lo que era el Distrito Federal a través de la TV y las imágenes que publicaban en los periódicos en cada conmemoración de aquel fatídico día.

Nunca pensé en vivir algo así, nunca imaginé ver mi ciudad devastada pues tenía la idea que tras lo sucedido hace 32 años, los estándares de construcción habían mejorado y sobre todo: que nunca, nunca cruzó por mi mente el que se presentara un sismo de semejante magnitud nuevamente.

Lamento las vidas perdidas.
Lamento las pérdidas materiales y sólo ruego al cielo que nunca se vuelva a repetir algo como esto en mi país y en ningún lugar del mundo.

Dios bendiga a mis hermanos de México.

Dios bendiga a México.

Dios bendiga a la humanidad.

A esta fecha el numero de fallecidos asciende a 331.

Innumerables viviendas y edificios colapsados y dañados.

El sismo de 19 de Septiembre devastó la Ciudad de México, Puebla, Estado de México y Guerrero.
(Chiapas y Oaxaca ya padecían los estragos del sismo de 8.1 del 07-Sep-17)





Liga en el que puedes ver los videos del momento del sismo.

El momento del terremoto captado en video


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Terremoto en México 19/Sep

Hola amigos y amigas.

Mi ciudad ha sido afectado por un terrible sismo, mi Ciudad de México y varias ciudades más fueron azotados, personas atrapadas en los escombros, fallecidos en fin..

Ruego a ustedes una oración por cada una de estas personas y por mi país: y las ciudades afectadas

Gracias y reciban un abrazo.


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Por qué no Respetan los lugares reservados


Hola amig@s

Como siempre y (creo que lo he repetido infinidad de veces) pero me da mucho gusto saludarles y enviarles un muy fuerte abrazo.

Como ya lo saben, yo utilizo el transporte público para trasladarme al trabajo y a diversos lugares de la gran ciudad. Siempre tomo en cuenta la señalización (por precaución) del sistema de transporte llámese metro o autobús para hacer mi traslado más tranquilo y seguro. 
Por desgracia, nunca faltan los descerebrados que ocupan los espacios o lugares restringidos en estos servicios y pues se debe lidiar con todo eso.

Muchos hablan de este tema y desafortunadamente aún se siguen presentando situaciones adversas.

No logro comprender, en qué momento perdimos el respeto.

En qué momento perdimos los valores.

Es lamentable ver que tanto adultos como niños actúan de un modo irreverente ante situaciones sencillas como: mostrar respeto a sus mayores o cederle el asiento a una dama o simplemente, no ocupar los lugares asignados para personas con discapacidad o adultos mayores.

Pienso que son principios básicos o de sentido común dichas acciones, y no necesariamente debe existir un manual de buenos modales para aplicarlos en nuestro día a día.

Creo también que todo eso es el reflejo de lo que de niños vivimos y aprendimos en casa. Es evidente que en la actualidad, no existe la educación y no existe la disciplina como en el pasado.

Les cuento el por qué de todo esto.

Hace unos días salimos a dar un paseo por lo que abordamos un autobús.
El automotor a esa hora iba repleto de pasajeros lo cual no es para nada extraño, el problema para mí, fue lo que miré al fondo del autobús: entre todos esos pasajeros (hombres y mujeres) había una dama con un niño en brazos. Como era de esperarse, todos los asientos se encontraban ocupados; digamos que lo normal, lo que me irritó mucho fue que la mayoría de los asientos eran ocupados por barones, si: barones que no tenían ni una  pizca de sutileza para ofrecerle el asiento a dicha madre y su pequeño bebé.
Intenté llamar la atención de aquellos tipos que no mostraban ni la menor intención de cederle el asiento, a pesar de ocupar un lugar reservado para personas con capacidades diferentes y para mujeres embarazadas o con niño en brazos.

Eso me enfureció, y en cuanto pude aproximarme me dispuse a llamar la atención del tipo quien aparentemente iba dormido, para su suerte; después de varios kilómetros, la dama descendió en la siguiente parada. Casualmente después de eso, el tipo que aparentemente iba dormido, después de esto, viajaba totalmente despierto y jugando en su teléfono celular. No podía entender la actitud de éste y de los demás tipos que viendo a una mujer en semejante situación, no tuvieron la gentileza de ofrecerle el lugar.

Es increíble cómo la humanidad poco a poco se ha ido deteriorando.

Se perdió eso llamado humildad, educación, valor y respeto. 

En fin.. esperemos que todo esto poco a poco se rescate y la mentalidad de muchas personas cambie en ese sentido, no solo con las personas sino en general pues de lo contrario: estamos perdidos.

-Si ves esta señalización por favor no ocupes el lugar o si lo haces, sé gentil y sédelo a quien lo necesite.


-No seas irrespetuoso haciendo esto:





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Tú ¿Qué haces para sanar al planeta?


Qué tal amigas y amigos.

Como siempre para mí es un súper placer saludarles y enviarles un fuerte abrazo en donde quiera que se encuentren leyendo este blog lo cual, agradezco infinitamente.  

Bien, en estos días he leído y escuchado a las personas hablar del calentamiento global, la escasez de agua, contaminación entre otras cosas. Y me pregunto, cuántos de nosotros realmente hace algo contra eso. Es claro que para revertir el daño se necesita una acción global y mucho tiempo, pero creo que una diminuta acción también puede coadyuvar a la reparación de todo este daño que le hemos hecho a nuestro planeta.

He visto documentales sobre esta problemática y en realidad es aterrador ver los efectos de todo lo que al planeta le sucede: deforestación, contaminación, fauna muriendo; especies en peligro de extinción, pueblos muriendo de hambre, en fin.. Todo tipo de atrocidades que se proyectan en nuestras pantallas mientras permanecemos cómodamente postrados en nuestra cama o sillón, lamentándonos por ello.

Siempre culpamos a los demás de todo lo que le sucede a la naturaleza: a la ecología, pero nunca nos preguntamos cómo podemos contribuir para luchar contra todo esto.
Pienso que a final de cuentas, somos partícipes indirectamente de toda esta atrocidad como también está en nuestras manos el de algún modo corregir todo esto.

Pensando sobre el tema, me hice una pregunta:

 -Tú ¿Qué haces para sanar al planeta?

Y esto es lo que su servidor hace por su planeta.

Leí en alguna publicación que según: La ONU reportó que el océano contiene 18 mil fragmentos de plástico por kilómetro cuadrado, y al menos un millón de aves marinas y tortugas mueren al año a causa de la contaminación, ya sea por ingesta de residuos tóxicos o porque se quedan atorados.

Es por eso que dejé de utilizar Popotes en los lugares a los que acudo e incluso me uní al movimiento #AntiPopotes y además me gustaría que también hubiera un movimiento #AntiUnicel.

Les dejo una liga para que conozcan más sobre el resultado del daño a nuestro planeta. 

Dale clic a la liga.


Mar contaminado y fauna padeciendo los estragos.

Cuando por necesidad acudo a algún baño de algún centro comercial o restaurante, por obvias razones, debo lavarme las manos, por lo regular en esos lugares existen 2 opciones para secarse las manos: yo de preferencia utilizo el secador de manos que es a base de aire y evito utilizar las toallas de papel, que el uso de energía eléctrica también afecta a la naturaleza pero haciendo un balance, prefiero salvar un árbol.


En casa: pues me involucro en la cocina, evito el gasto innecesario del gas.
En el caso de la luz eléctrica sucede lo mismo: sólo la enciendo el tiempo necesario: adicional a ello,  por fortuna cuento con un empleo en el cual debo cumplir con un horario, esto implica tomar una ducha por la mañana por lo que también aplico medidas como no encender la luz pues en realidad no lo necesito para la ducha, de ese modo también evito el consumo así como lo que implica el generar energía eléctrica

Continuando en casa y continuando con al tema de las duchas tempraneras, al abrir la regadera; siempre coloco un recipiente para recolectar el agua fría que fluye antes del agua caliente, durante la ducha, cierro las llaves mientras me enjabono, de ese modo evito el gasto excesivo y el desperdicio del agua. Sé de personas que derraman grandes cantidades de este vital líquido en la espera de que al fluir el agua caliente, se llene de calor el cuarto de baño lo que les lleva aproximadamente 20 minutos de tirar este importante líquido.
Tomando conciencia de esto, cuando detecto alguna fuga en los ductos principales, siempre los reporto y me aseguro de la reparación.

Uno de mis reportes:

El video de uno de mis reportes.

Me he vuelto un enemigo de las personas que arrojan la basura en la calle. 
Haciendo conciencia de eso, en las ocasiones en que acudo a alguna junta con algún cliente, me es necesario ingerir agua lo cual como consecuencia genera basura: entiendo que esto puede ser molesto hasta cierto punto pero,  si hemos saciado nuestra necesidad de ingerir el líquido, por qué no aplicar esa misma necesidad de proteger y cuidar el medio ambiente. Después de terminarme el  líquido procuro depositar el envase vacío en el contenedor de basura más próximo o en su defecto, lo conservo hasta llegar a la oficina y lo deposito en el bote de la basura.
Es increíble que  a estas alturas de la situación, las personas no tomen conciencia sobre ésta problemática y peor aún: no educan a sus hijos en ese sentido. He visto desde personas mayores hasta niños que después de consumir sus golosinas o fritura, muy quitados de la pena arrojan la basura al asfalto.

Motivado y por mantener limpias las calles, tenemos 2 hermosos perros pues amamos a eso seres extraordinarios. Somos consientes de su movilidad por lo que todos los fines de semana, los llevo a dar un paseo: como es normal, en el trayecto hacen sus necesidades fisiológicas por lo que procuro siempre llevar una bolsa para recoger sus deshechos, y los deposito en un contenedor destinado para ello como basura orgánica pues es muy cierto que también debemos cuidar el entorno así como el aire que respiramos.

 

Creo que todos en algún momento llegamos a cambiar de teléfono celular y muchas veces ya no sabemos qué hacer con el viejo aparato. En este caso, yo acudo a un Centro de Atención a Clientes; no sé si en todos pero al que yo acudo a pagar mis servicios de telefonía, cuentan con contenedores en donde hacen el acopio de pilas y equipo celular para su reciclaje o destrucción, se me hace una buena forma de evitar que este  tipo de tecnología o basura termine en lugares inadecuados contaminando el medio ambiente. Para mí es realmente importante este tema pues, los humanos desafortunadamente vemos todo muy cómodo el arrojarlos a (por así decirlo)  la basura normal cuando éstos aparatos contienen materiales muy dañinos para la ecología  y la fauna.


Misma situación con las pilas alcalinas: la iniciativa privada en conjunto con el gobierno de la ciudad, han aprovechado los espacios públicos para instalar mecanismos o estructuras para la colocación de publicidad y en el cual, adaptaron un contenedor recolector. Quién de nosotros no ha utilizado pilas alcalinas. Yo he llegado a utilizarlas  para mí lámpara  de mano y el control remoto de la pantalla o del estéreo, cuando finalmente ya no sirven las remplazo por pilas nuevas, las inservibles las conservo y las deposito en los contenedores ubicados en esos tótem´s estratégicamente instaladas en las calles de la Ciudad de México.

Debemos ser conscientes que son piezas tóxicas y no las debemos arrojar a la calle ni mezclarlas con la basura en este caso: Orgánica e Inorgánica. Entendamos que no toda la basura es reciclable y que así como tuvimos el tiempo o la necesidad de adquirir todos esos artículos que en su momento nos fueron de gran utilidad, también debemos ser responsables de su destino final.





En el trabajo aplico lo mismo, aprovecho las hojas de papel al máximo. Me he dado cuenta que muchas personas al imprimir algún documento, nota o recordatorio; utilizan una hoja completa aunque sólo sean unas cuantas líneas. Al momento de que los apuntes cumplieron sus funciones, desechan la hoja aún servible: eso para mí es realmente molesto pues, cuántos árboles pierden la vida y no se aprovechan al máximo los sustratos sustraídos de su corteza.
En mi caso, aprovecho las hojas de papel lo más posible, si tengo qué imprimir un correo electrónico y ustedes saben que la estructura de los correos por lo regular ocupan toda una hoja carta pero el texto que realmente te importan, muy posiblemente quepa en un cuarto de hoja.. entonces, siempre me voy a la presentación preliminar y configuro el texto a modo de reducir el área de impresión y aprovecho el sobrante para futuras impresiones o para alguna copia o apunte. Esa es mi sencilla forma de honrar a su majestad: El Árbol.



Amigos, tenemos qué hacer conciencia sobre el daño que le hacemos a la naturaleza.

-No podemos sólo culpar a las grandes industrias de todo el daño al ecosistema o al planeta si también nosotros somos los causantes de ello.-

-De qué forma podemos exigir si somos partícipes.-

-Cómo queremos tener un mundo mejor si pretendemos que los demás hagan todo y no somos capaces de adoptar una actitud positiva para cuidar nuestro entorno.-

Es de todos sabido que la atmósfera está dañada, que cada vez hay menos áreas verdes, árboles que purifican el aire que respiramos.
Que cada vez hay más basura que contamina los ríos y los mares dañando y aniquilando a las especies marinas, inocentes animales que pagan las consecuencias de nuestras acciones.

Por favor, edúcate y educa a los niños sobre esta problemática, pues nuestra generación ya vivió lo bueno de nuestro planeta y las consecuencias de todo ese daño que le hemos hecho estos últimos años, lo vivirán los niños de la actualidad y del futuro.

Por favor, cuidemos la naturaleza.

Por favor, cuidemos el planeta.

Por favor, cuidemos de los animales.

En mi oficina tengo una pequeña palmera que me recuerda cuan bella puede ser la naturaleza si la cuidamos y cuan frágil es si le restamos importancia.




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Qué tan hombres somos

Qué tal amigas y amigos

Como les había comentado en alguna de mis publicaciones, escribo mi vida (mi libro).  Ahí narro mi procedencia y la educación que recibí, fue una disciplina muy dura en la que también tuvimos qué aprender a observar y a utilizar la mente. Aprendí también que en la vida, nadie nos llevará de la mano y nos mostrará el camino correcto; uno mismo se forja un carácter  y un criterio, aunque muchas veces, inapropiado, pero existe la posibilidad de modificarlo sustancialmente mediante las circunstancias que la vida nos brinda.

De niño conocí a diversas personas, una época en la que el papel de hombre y el de mujer, tenían implícitas sus obligaciones. El del hombre el ser trabajador y proveedor. Y el de la mujer el de servir. 

Conocí de cerca todo eso. En casa, mi madre siempre estaba al tanto de nosotros y de mi padre. Todas las mañanas se paraba alrededor de la 5:30 de la mañana pues mi padre era el encargado del personal y de los desarrollos en este caso; de un sector en el ramo de la construcción. Era muy estricto en la puntualidad por lo que se paraba muy temprano para trasladarse a su lugar de trabajo. Desde ahí empezaba la rutina de mi madre. Se levantaba muy temprano para preparar el desayuno de papá y mientras mi padre desayunaba; mi madre preparaba los recipientes con los alimentos para la hora de la comida o Lunch que cuidadosamente colocaba en la mochila de mi padre. Al final, papá salía rumbo al trabajo alrededor de las 6:30 de la mañana. A partir de esa hora mamá ya no paraba. Fue ahí donde conocí la ardua labor de una mujer. 

Con el paso de los años, fui tomando conciencia sobre ese desempeño: al mismo tiempo, me encontraba con patanes he incluso, leí en una ocasión un artículo que decía, que el macho era creado por la mujer, y creo que en parte tenía razón. En mi etapa de adolescente lo veía con mis amigos; ese trato preferencial que su padre le daba y que en ocasiones, orgullosamente recalcaba que su hijo era el macho de la casa. Incluso su madre respaldaba eso diciendo que no debía realizar quehaceres en el hogar pues eran obligaciones de una mujer. 
Claro que cuando eres niño ves y aprendes y de algún modo, eso también se me había quedado en la mente.

A pesar del esfuerzo de mi padre durante la semana, apoyaba en algunas cosas en casa. No directamente en los quehaceres del hogar pero apoyaba en lo indispensable. Sus acciones eran diferentes a la de los padres de mis amigos. ¡Algo que no entendía!. 
En casa de mis amigos los padres se la pasaban postrados ante el televisor bebiendo o tomando tragos con los amigos. Papá no era así y eso de algún modo me tenía confundido. 
Al nacer mi hermano, papá me demostró sin necesidad de alguna palabra, por qué desarrollaba las cosas o los trabajos que según yo; estaban destinadas únicamente a la mujer. 
Tras el nacimiento de mi hermano, era evidente que mamá no podía atendernos, mucho menos encargarse de los quehaceres cotidianos de la casa. Fue entonces, que vi a mi padre preparar nuestros alimentos,  e incluso lavar la ropa o los utensilios de cocina, algo que para mí era el trabajo exclusivo de una mujer. Como dije antes, aprendemos de lo que vemos. Pensando en todo esto me dispuse a escribir este blog para ver qué tan macho soy.
A continuación les detallo lo que aprendí de niño. 

Me fui aún adolescente de mi hogar familiar, me fui a vivir solo: comencé a trabajar y puse en práctica lo que había visto en casa. Era vital pues en ésta ocasión, no estarían mis padres para apoyarme, así que inicié con todo lo básico. Lo primero era: lavar mi ropa y planchar. Saqué mis dotes de costura pues había qué arreglar algunos pantalones o camisas.
Así sucesivamente. 

En la actualidad lo sigo poniendo en práctica. 

En casa ayudo pues creo que eso es lo correcto.
Colaboro en todo pues vivimos en una época en la que la mujer también aporta un salario en casa y considero justo el apoyar en los quehaceres cotidianos. Lo mismo lavo los utensilios de la cocina como arreglar la cama o lavar el piso, eso no me hace menos hombre. Eso es muy claro, todos esos prejuicios sólo están en la mente y tienen la capacidad de afectar a toda una generación de personas, si no se tiene el suficiente criterio para contrarrestar todo aquello. 
Quienes enfrentamos todas estas situaciones en nuestra niñez, aprendimos lo necesario para enfrentar la vida.

Recuerdo cuando de niño una señora ya de edad avanzada; familiar de mi padre una vez me dijo: 

-Muchacho, tú eres un Macho, no te atemorizas con nada.- decía.  

Por otra parte. 

En casa de uno de mis amigos escuché a su padre decir:

-¡Mi hijo es un macho, no le pidas que recoja o barra la casa: eso es trabajo de viejas y eso te corresponde a ti.- 
Decía a una de las hermanas de mi amigo.

Por eso tenía esa confusión sobre el término Macho. En fin.. muchas veces he escuchado decir, que las madres son quienes crean a los hijos machos, pues para ellas son el hombre de la casa y no deben desempeñar o realizar trabajos destinados a las mujeres. 
Tal vez es verdad que eso sucede. 
Por otra parte está el padre que afianza dicha fijación de tal forma, que el individuo termina por convertirse en el ejemplar que papá y mamá le sembraron en su subconsciente. 

Yo me quedo con lo que aquella señora dijo: 

-Muchacho, tú eres un Macho, no te atemorizas con nada-

Aunque pecaría de soberbio pues sí.. ¡conozco el miedo! como todo hombre normal. Dejemos el término (Macho) como término veterinario para diferenciar el sexo de los animales.

Respetemos a la mujer y su labor. No pasa nada si contribuimos un poco en las labores de casa, debe haber equidad en ese sentido pues seguro estoy que la gran mayoría de las damas aprecian ese detalle.


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