Hola
amigos míos.
Cómo
les va.
Bien,
como ustedes saben siempre escribo cosas de mi día a día.
De
lo que observo o de situaciones vividas y ésta es una de ellas.
En
la actualidad, (y he insistido mucho en esto) se han perdido los valores.
Si,
esos valores que a nuestra generación se le fue inculcada por nuestros padres y
abuelos.. incluso de nuestros maestros.
Valores
como la lealtad y el respeto.
He de agregar, que también cuenta mucho la mentalidad que nosotros podamos
tener.
La
vida también es nuestro mejor maestro cuando sabemos ver más allá de las circunstancias.
Bien amigos, todo este preámbulo; toda esta analogía llegó a mi en un momento que no podía creer.
Hace unos días: un fin de semana, acudimos mi esposa y yo a una plaza comercial al sur de la Ciudad de México; en dicho lugar se llevó acabo un show de Stand Up en el cual actuaría uno de mis favoritos en el ramo, el señor Kike Vázquez (Kike bien Parado), uno de los mejores Standuperos de mi país, y la razón por la que acudimos al lugar.
Esa
tarde, se nos unió una de las amigas de mi esposa quien también disfrutó del
show.
Tras culminar el show de Stand Up, Adry (amiga de mi esposa) nos sugirió un bar a unas cuadras de ahí.
Era
un buen horario por lo que.. unas cervezas no nos caerían mal.
Caminamos hasta el lugar que lleva por nombre:
-La Victoria del Indio-
Un
pequeño pero muy buen lugar en donde como todo bar, existe una buena variedad
de bebidas pero sin duda, predomina la cerveza.
Claro
que no puede faltar la música para armonizar el sitio.
A pesar de ser un lugar pequeño, también cuenta con música en
vivo.
La banda compuesta por 4 caballeros, ameniza el bar con Rock en
inglés de los 80s, 90s, de bandas como Queen, Metallica, Depeche Mode
etc..
Entre su repertorio también incluyen temas en español de grandes
del género como Soda Estéreo, Enanitos Verdes, del Sr. Miguel Mateos entre
otros lo cual, hace que el sitio sea una muy buena opción para pasar un muy
buen rato.
Al llegar al lugar, la Hostess nos recibió y ubicó muy cerca del escenario lo
cual estaba perfecto.
Después de unos minutos se aproximó a nuestra mesa una encantadora
chica a quien llamaremos (Gaby) a ofrecernos el menú y sugerirnos algo de
beber.
Habíamos ingerido en el show un poco de vino y algunos shots de
mezcal por lo que decidimos pedir cervezas.
Transcurrió un buen rato entre los brindis y la música ambiental cuando de
pronto; la banda se hizo presente y comenzó a amenizar el bar. Cantamos y
disfrutamos de la intervención, disfrutando de nuestras bebidas y de esas
canciones entrañables.
Gaby muy atenta, mantenía limpia nuestra mesa redonda la cual era
custodiada por nosotros sobre nuestras sillas periqueras.
En un momento así, sólo disfrutas y convives sin imaginar algo extraordinario.
Así transcurría mi noche cuando de pronto; alguien tocó mi hombro, me giré para
ver lo que sucedía: era Gaby, la chica que atendía nuestra mesa.
Muy cortés, con un objeto en la mano me preguntó:
-¿Es tuya?-
Mi reacción fue de total sorpresa.
De forma instantánea, tomé ese objeto en mis manos. No encontré las palabras adecuadas o precisas para agradecer.
Puede que esto no lo crean. A mí también me sucedió lo mismo.
Dentro de todo el embrollo, pues el lugar esa noche estaba
abarrotado. sucedió algo extraordinario.
En un ambiente así, todo puede suceder.
Yo disfrutaba del momento.
Entre el bullicio y vaivén de la gente; esa noche pude comprobar,
que aún existen personas con valores.
Personas que fueron educadas apropiadamente o que con el transcurrir
de los años, desarrolló todo ese conocimiento para sí mismo y en pro de su
entorno.
Como dije, en todo ese bullicio, jamás me percaté de ello lo cual
evidenció mi falta de atención y precaución.
Esa noche entre toda esa diversión mi situación pudo haber tomado
otro rumbo.
Retomando el momento de la pregunta.. Instantáneamente, descubrí
el objeto en sus manos lo que me hizo volver a mi juicio de un modo abrupto y
vino a mí todo un sinfín de agradecimientos, mismos que no supe expresar
limitándome a un simple: Gracias. Pues si la adorable chica no se hubiera
tomado la molestia en consultar sobre el propietario del artefacto que había
levantado del piso, las cosas se hubiesen salido de control.
Era mi cartera (Billetera) o (Wallet), de no haber sido por la
benevolencia de Gaby, esa noche, probablemente hubiese estado en graves
problemas pues no tendría con qué pagar la cuenta. Aunado a eso, también
hubiese extraviado mi tarjeta bancaria en donde guardaba mi sueldo que
justamente me habían depositado un día antes, imagino lo qué sucedería si
hubiese caído en manos de otra persona.
Obviamente también está el tema de los documentos personales. En
fin... lo sucedido, de alguna forma me hizo comprender que aún hay personas con
ética y con valores.
He conocido a tantas personas; efímeras algunas, gente que de
alguna forma me enseñaron a no confiar pero dentro de ello, también he conocido
personas con muchos valores, que antepone las reglas antes que una salida
fácil.
Esto me recordó una situación, algo que me sucedió hace dos años
aproximadamente.
Era un día como cualquiera, había terminado tarde de trabajar en la oficina.
Recibí una llamada de uno de mis proveedores quien necesitaba el visto bueno de
unos artes para poder iniciar la producción de un nuevo proyecto, debía acudir
para supervisar el trabajo. Salí esa tarde de la oficina, con la premura de
acudir a la cita; aunado a eso, la amenaza de lluvia, abordé un taxi.
Me encanta la música por lo que suelo escucharla desde mi teléfono celular. En
el trayecto se inició una conversación con el conductor por lo que detuve la
reproducción de mi música y me retiré los audífonos, era un tipo agradable:
amable. Hablamos justamente de eso: de la vida y de los valores, de la
educación que nuestra generación había recibido.
La lluvia se intensificó durante el viaje pero a pesar de todo, la
marcha era adecuada.
Finalmente arribamos al sitio, pagué la carrera y me despedí
del amable conductor.
Tomé mi mochila y salí del automóvil.
La lluvia estaba en pleno por lo que abracé mi mochila para evitar
se mojara, di unos pasos y quise retomar mi música, busqué mis audífonos sin
poder encontrarlos; mi sentido de alerta se activó y me comencé a alarmar; no
encontré mi celular y entonces corrí en el lugar donde me había dejado el taxi
pero fue inútil, ya no encontré la unidad, se marchó con mi teléfono.
Me sentí muy mal, para mí mi teléfono celular era mi oficina,
tenían muchos datos en él. Mis contactos: correos electrónicos y teléfonos de
clientes, proveedores, familiares y amigos. Incluso escribo mi vida y justo en
mi teléfono celular aprovechando mis ratos libres. Pero mi teléfono celular ya
no estaba.
Apelé a la bondad del conductor por lo que de inmediato comencé a
marcar desde un teléfono de monedas. No recibí respuesta alguna.
Después de la cita me dirigí lo más pronto posible a casa. Desde
ahí marqué en repetidas ocasiones, llamé hasta ya entrada la madrugada.
Al principio sonaba y después me enviaba al buzón, después la
grabación me decía que el aparato se encontraba apagado. Había planeado incluso
en ofrecer una recompensa para recuperar mi celular pero fue inútil.
En ésta ocasión no me encontré una persona como Gaby.
Por eso es que quise dedicarle este blog, pues ella hizo mucho por
mí con ese detalle. Estoy convencido que la compensación que le brindé, fue
ínfimo comparado con su gran benevolencia.
Rezo porque en el mundo haya más personas así, y nos ayuden a
recuperar esa fe que ya perdimos.
Que nos ayuden a sembrar esa esperanza de un mundo mejor con
buenas personas.
Muchas...
Muchas gracias GABY
(Fin)
El Instagram de mi amigo: Kike Vázquez
Instagram: @kikebienparado
Gracias por leer este blog, si te ha gustado por favor compártelo en tus redes.
Sígueme en:
Instagram: https://www.instagram.com/lobopatricio/
Aquí las opciones para compartir este blog 🔻
Así es los valores se están perdiendo, pero hay papás que no hacen nada y permiten que sus hijos sean así, solo en nosotros está que sean de nuevo importante en la vida de nuestros hijos. Y si aún quedan pocas personas como Gaby. Excelente relato. 😘🐺
ResponderBorrar