Cuando quieres a tu Perro

Esta mañana como todos los fines de semana, salí a dar un paseo con mi perro Koby, un hermoso mestizo que a finales del año cumplirá dos años de edad. 
Mi pequeño diablillo.

Es un perro encantador con quien trabajo poco a poco con algunos trucos, e intentando corregir algunas cosas de su conducta.

Mientras caminábamos, recordaba el día en que llegó a casa.



Queríamos otro perrito aparte de Muñeca, pero sólo lo habíamos platicado aunque no era una prioridad, pero repentinamente llegó Koby, ocupando ese espacio. 

Increíblemente desde el primer momento, Koby se adueñó de nuestros corazones y en especial del mío.


Con la experiencia que habíamos vivido con Muñeca; y por ser un perrito  adoptado, era vital aplicarle las vacunas pertinentes para su protección, así como por la seguridad de Muñeca quien corría cierto riesgo al tener cerca al nuevo integrante de la familia. 

Tener un perro implica ciertos gastos, entonces, había que ver a qué lugar debíamos llevarlo para su atención. 


Unos años atrás, Muñeca por un mal hepático, había llegado al:

(Hospital de Especialidades Veterinarias San Jerónimo)
 http://hospitaldeespecialidadesveterinariassanjeronimo.sacom.mx/  en donde desde ese entonces, es atendida para sus vacunas y otras consultas que en su momento son requeridas.


El lugar, debo decirlo. Es un tanto costoso, pero sé que ahí mi perra está segura y es tratada muy bien por personal especializado y además, cuenta con excelentes instalaciones y servicios. Es por eso que decidimos no cambiarla de lugar para sus atenciones y cuidados.

Al llegar Koby, se creaba un nuevo gasto por la cantidad de vacunas que debía recibir, sobre todo por el costo de las mismas. Contemplamos una opción, llevarlo a una veterinaria (X), un lugar mucho más económico.  

Analicé bien la situación y recapacité, pues no se me hacía justo la diferencia de lugares por la cuestión económica. De tal forma que decidí llevarlo al mismo lugar al que atienden a Muñeca. 


Es claro que al ser un Hospital de especialidades, el costo por consulta y los demás servicios son caros, pero si decidimos tener un perro más, debíamos enfrentar los gastos que esto implicaba y con la certeza de que al igual que Muñe, Koby sería bien atendido en este sitio. Por lo tanto, asumimos la responsabilidad, y hoy mi hermoso Koby, es atendido en el mismo sitio que Muñeca lo cual me da cierta tranquilidad.


Si, el gasto se ha incrementado, pero es más grande mi amor por mis chaparros que aunque deba hacer un esfuerzo extra por su manutención, con mucho gusto lo hare, pues para nosotros no son mascotas: son un elemento más de la familia. 
O como lo dijo el Señor Armando Fuentes Aguirre (Catón) en su libro (Mi perro Terry) https://g.co/kgs/T9BqkV


Son: "Pedacitos de Dios” o “Angelitos de 4 patas y cola” 

Amamos a Muñeca y a Koby, pues pienso que: 
Cuando los humanos aprendamos a convivir, querer y respetar a los animales, ese día algo en el universo cambiará y entonces el mundo será distinto.

Por lo tanto, les exhorto a querer a esos latosos pues en verdad, no hay amor y corazón más puro que el de un perro.





  

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Como siempre, recibe un abrazo.

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1 comentario:

  1. Excelente relato sobre Koby, llegan en el momento justo y son los seres más encantadores, nobles y fieles. Yo tengo tres y los amo 🐶🐶🐶

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