Formatear – Reiniciar

Hola amigos.
Lejos del saludo, con todo el corazón, deseo se encuentren bien en lo que cabe en estos días.

Le pido al eterno porque todo esto termine y que en sus hogares, todos estén bien.

El comienzo es la parte más importante de la obra. (Platón)


En estos días de encierro forzoso, dentro de todo lo complicado de la situación y los cuidados que a nivel gobierno se nos impone, uno llega a analizar, a hacer conjeturas, y por qué no: a sospechar.

Creo que el libre albedrio nos da para tener diferentes perspectivas en todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Me gusta tener diferentes perspectivas, pues creo que si tenemos un poco de criterio, podemos tener un enfoque más amplio de las cosas que suceden en nuestro entorno.

Durante este tiempo he analizado todo esto que sucede con esta “Pandemia”, y no es que sea un virólogo, infectólogo o algo por el estilo. Pero como dije. Es una simple perspectiva.

En estos últimos días, he pensado en cosas quizás muy absurdas y quise escribirlo… como un ejercicio de análisis y presentarlo a ustedes a ver qué opinan.

Creo que la mayoría de nosotros hemos tenido un teléfono móvil o Celular que en ocasiones, se llega a trabar, se bloquea o simplemente deja de funcionar. Y como un recurso, retiramos la batería y la volvemos a colocar y el aparato vuelve a funcionar. ¿Verdad?

También es de todos sabido… bueno, quienes cuentan con un módem en casa, no me dejarán mentir. Por alguna razón, éste no emite la señal digital y para esto, las opciones son: Apagarlo o desconectarlo de la corriente eléctrica, si después de esto aún no funciona, está el recurso de llamar a soporte técnico y aquí viene la otra opción sencilla. Por lo regular, con una simple llamada telefónica, y tras pedirte revisar las conexiones, la última opción es: resetearlo y después de unos minutos, se restablece la conexión, o en casos extremos, te cambian el aparato.

Está también, el caso de las computadoras.
Por la razón que sea: por alguna mala actualización o algún cambio de voltaje, éste se ralentiza, o algunos de los componentes no cargan bien por lo que la función es deficiente.

En este caso, reinicias el equipo y en ocasiones es suficiente y la máquina vuelve a funcionar bien.

Existe otro método o reacción. El reinstalar el elemento o software afectado y todo vuelve a funcionar.
Pero existen casos como por ejemplo, cuando tu computadora por alguna razón se infecta de algún virus letal.

Bien. Cómo dije antes, es sólo una simple teoría.

No quiero remontarme a fechas o acontecimientos de años atrás pues no soy historiador o algo por el estilo. Simplemente soy alguien que vive y ve lo que sucede a su alrededor.
De cualquier manera, haré un esfuerzo por ejemplificar mi teoría.

Bien.
Con todos los medios electrónicos existentes, la información fluye casi de forma inmediata, lo que nos lleva a conocer los sucesos en el mundo.

A lo largo de mi vida, he visto a través de los diferentes medios de información, toda clase de noticias y sucesos alrededor del mundo, Información que en el pasado, difícilmente se podían conocer después de semanas: incluso meses.
Hoy en día, como dije antes, toda la información fluye casi de forma automática.
Fue así que en este 2020 conocimos lo sucedido en Beirut siendo allá las 18:08 del 4 de agosto, y en México las 10:08. La información se regó como pólvora y en minutos supimos y conocimos la magnitud del desastre.

Es así como todos conocemos los sucesos importantes alrededor del mundo.

De esta misma forma hemos visto y escuchado infinidades de acontecimientos en el planeta.

Ya lo mencioné, no me iré más allá, sólo me situaré en el 2019.
Este año (2019) fue de protestas masivas en gran parte del mundo. Dichas manifestaciones o levantamientos a consecuencia de diversas irregularidades como corrupción, elecciones manipuladas, injusticia, gritos de libertad y abuso en los derechos humanos.


Por todas partes brotaban grupos de protesta, algunas pacíficas, otras que sembraban el terror a tal grado que los gobiernos se veían rebasados en fuerza por la violencia que estos imprimían en cada una de sus manifestaciones.

Y no es para menos, pues creo que en la actualidad con todos los medios disponibles, inevitablemente salen a la luz toda clase de irregularidades y negligencias en las más altas esferas de la política, y otros ramos que tienen que ver con el funcionar de una nación. Estos provocan y motivan el enojo y el hartazgo de la población y entonces, algunos alzan la voz cuando es realmente necesario. 

Por esto, salieron a las calles a gritar sus consignas y sus reclamos en tumultuosos y numerosos grupos de protesta.

En Asia se desataron fuertes manifestaciones específicamente en Hong Kong que se prolongaron por varios días. ¿La causa? El descontento por el proyecto de ley para facilitar la extradición de sospechosos de esa región a la parte continental de China.
Todo el mundo veía los violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Eran golpes, eran heridos, eran días imparables de fuertes enfrentamientos que llenaron de violencia las calles afectando así, a buena parte del país, al sector de la economía, incluido el turismo. Hubo ocasiones en que invadieron el aeropuerto, una arteria importante de comunicación.


Yakarta también se convirtió en un foco de manifestantes en contra de la ley de ciudadanía.

La callada Rusia se incluyó en las estadísticas de protestas debido a la cancelación de la inscripción de candidatos independientes, y de este modo bloquearlos y evitar su participación en las elecciones del Ayuntamiento de Moscú.
Hubo más de 1,000 arrestados y algunos de ellos, sentenciados y encarcelados con largas penas, lo cual no detuvo las movilizaciones, por el contrario, se intensificaron ahora también exigiendo la liberación de los compañeros presos.

El ajetreado Oriente Medio también generaba noticias en este sentido.

En Irán se desató el caos cuando se anunció el aumento del 50% en el precio de la gasolina, esto, de acuerdo a la organización de los Derechos Humanos, arrojó un número de 140 manifestantes muertos en más de 20 de sus ciudades y mil personas detenidas en el país.

En Egipto, miles de manifestantes denunciaron a funcionarios de la capital de algunas ciudades quienes utilizaban fondos públicos para enriquecerse. El resultado fue, manifestantes y periodistas arrestados por los elementos de seguridad.

Protestas anticorrupción en Irak. Los datos de las entidades oficiales mencionan 350 personas fallecidas y alrededor de 1,000 manifestantes heridos al sur del país y en Bagdad.

Lo mismo sucedía en Argelia cuando su entonces presidente Abdelaziz Buterflika. había anunciado su intención de postularse para un quinto mandato en aquel país. Eso provocó que tres millones de personas se lanzaran a las calles para exigir la remoción de su régimen así como de su administración.

En el Líbano sucedió algo similar. Las manifestaciones se desataron cuando en el décimo mes del 2019, el primer ministro Saad Al-Hariri pretendía aplicar impuestos a comunicaciones, en específico, a la aplicación WhatsApp. Como resultado de las manifestaciones que en poco tiempo se extendieron en todo el país, y con la fuerte presión, Saad Al-Hariri renunció como primer ministro del Líbano.    

Europa

Manifestantes independentistas de Cataluña, la región autónoma de España, salieron a las calles en octubre después de que la corte suprema dictara prisión a políticos catalanes.

Pero en Francia las cosas no eran diferentes.
Debido a la política de la administración del presidente Emmanuel Macron, manifestantes con chalecos amarillos se volcaron a las calles con protestas antigubernamentales.
Manifestaciones con la mayor duración en la historia de ese país.
Las protestas eran a causa del aumento a los combustibles y las condiciones económicas, pero luego se convirtieron en protestas contra la administración del presidente Macron.

El saldo de éstas manifestaciones fueron: 11 personas fallecidas, 4 mil heridos y alrededor de 12 mil manifestantes arrestados según datos oficiales.


En Republica Checa, específicamente en su capital, Praga, en noviembre más de 200 mil personas salieron a las calles de Praga para exigir la renuncia del Primer ministro Andrej Babis y la ministra de justicia Marie Benesova por corrupción.

Sudamérica:
Inició en Puerto Príncipe en Haití. Manifestantes se lanzaron a las calles a protestar y exigir la renuncia de su presidente. Otras manifestaciones surgieron para pedir el enjuiciamiento de funcionarios corruptos en el círculo político. Las protestas más abultadas eran esas cuya petición era la renuncia del presidente Jovenel Moise.
Informes hablaban de 40 muertos y alrededor de 200 manifestantes heridos durante las protestas.

En octubre se desataban las manifestaciones en Santiago de Chile, esto debido al incremento en los precios a las tarifas del metro. Las protestas se expandieron por todo el país, las voces clamaban al unísono la mejora en los ingresos, mejoras en el sistema educativo y en los servicios de salud. Alrededor de 26 personas perdieron la vida, 3,461 heridos y 194 casos de violencia sexual en el tiempo que duraron las protestas.

El 20 de octubre en Bolivia, después de las elecciones en las que Evo Morales resultara re-electo, las protestas no se hicieron esperar. Los bolivianos salieron a las calles en fuertes protestas acusando fraude en los comicios electorales en donde Morales resultó nuevamente elegido como presidente de la nación. Días después, y a causa de las fuertes movilizaciones, Morales renunció a su mandato. El actual gobierno de México, le brindó asiló cuando nadie de la zona lo hizo.
Tras estas protestas, 31 personas perdieron la vida.

Durante el 2019, en México, y gran parte de Latinoamérica así como algunas partes del mundo, los movimientos feministas se apoderaron de las diferentes calles de cada ciudad en el globo.
Manifestaciones multitudinarias salieron a las calles a gritar consignas contra los gobernantes y dependencias políticas, exigiendo derechos y leyes que las protejan de violaciones y vejaciones. Fueron protestas fuertes, incluso violentas.
En algunas ciudades del mundo destruyeron mobiliario urbano y dañaron monumentos expresando con justa razón su enojo.
Los temas siempre fueron: Violencia, Derechos Humanos, Corrupción en todos los niveles de gobierno, Abuso sexual, Equidad de género entre otros.




De pronto el mundo se encontraba sumergido en incontrolable caos, ya los gobiernos no atinaban en sus reacciones para enfrentar lo provocado por las grandes manifestaciones.          

Retomando el daño a las computadoras.
En este caso, cuando el daño es grave, se recurre a formatear el equipo e instalar todo el sistema de nueva cuenta para que finalmente, tu PC trabaje como nueva aunque muchas de las veces, pierdes toda tu información, pero tu equipo está como nuevo.

¿Coincidencia? No lo sé. Pero China, Francia, Chile, Ecuador, Colombia, México, Irán y Rusia llenos de caos.
En Siria el eterno conflicto continuaba afectando a sus habitantes. En fin…

Con el mundo al rojo vivo, de pronto surgió un virus en Wuhan, una provincia de china el cual, en varios países no le prestaron atención. Incluso la OMS a pesar de que Taiwán le había reportado algunos casos detectados en la misma china.
Occidente vivía su vida normal.

Las noticias eran en torno a lo que acontecía en china sin darle la dimensión correcta, la OMS daba datos y minimizaba la situación. Llegó diciembre y terminaba 2019.

Enero 2020.

En el mundo continuaban las protestas y fluía a cuenta gotas la información sobre la situación en china.

Todo transcurría con relativa calma dentro de lo que cabía hasta que el 11-marzo se declara la pandemia y el mundo se puso en cuarentena. Todo se detuvo, todo.
Como por arte de magia, todas esas manifestaciones y protestas pararon en seco. 

Los daños colaterales fueron la pérdida de empleos, negocios o empresas en quiebra. Y lo fuerte venia ya. La ola de contagios se expandió y los nosocomios se saturaron, los fallecidos se contabilizaban y todo fue terror.



El punto es, que al parecer, alguien tuvo la brillante idea de crear algo como esto para detener todo de golpe, sin importar las afectaciones que esto traería a las grandes compañías generadoras de empleos. Lo mismo sucedía con las grandes líneas aéreas, tal fue el golpe que por todo esto y por la falta de consumo de combustibles en todos los sectores, el petróleo por un momento perdió liquidez, lo que nunca había sucedido.

En fin… pienso que tal vez el mundo ya estaba fuera de control y había que encontrar la forma para detenerlo en seco, y enviar a todos a sus hogares e implementar o reconfigurar el orden mundial.

He leído una y otra vez las reflexiones de las personas, palabras como:
Algo bueno debe salir de esto— 
Claro que eso es muy cierto pero se debe poner en práctica aprovechando el encierro.

También algo como: 
Cuando esto termine, tenemos que salir con otra mentalidad
Sí, es muy cierto.

Tenemos que salir con otra mentalidad y valorar muchas cosas como: La libertad, La amistad, el valor de nuestros insumos, el valor de la familia y el tiempo junto a ellos, del trabajo, de nuestro hogar y nuestro entorno.
No he mencionado a los héroes que en estos días, han brindado una férrea pelea contra este mal: El personal médico de todo el mundo.
El valor de respetar al de al lado, la higiene personal y el cuidado a nuestra ciudad, de nuestro país.

Si, aprovechemos esta desgracia para meditar y analizar sobre lo que éramos en el 2019 y en lo que nos convertimos o empezamos a ser en el 2020.
Salgamos con otra mentalidad, fortalecidos y contemos a las próximas generaciones lo sucedido.

Como mencioné antes, sobre el formateo de las computadoras.
Quizás algo nuevo nos espera pues para retomar nuestras vidas, el mundo sufrirá un formateo y cuando eso suceda, eso que llamamos (otra mentalidad) aplicará en el nuevo sistema operativo con el cual, nuestro mundo funcionará de hoy en adelante, pues al parecer la vida del mundo será Reiniciada

No sé, es mi teoría. Pero seguro estoy que tú tienes una mejor opinión al respecto.

(Fin)



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Asumir


Hola amigos, cómo están.

Les mando muchos saludos desde lo más profundo de mi corazón esperando se encuentren bien.

Hoy, y como en cada uno de mis blogs, les quiero contar algo de mí.

De niño, viví y crecí en un entorno hostil.

Enfrenté diferentes situaciones que poco a poco iban opacando mi sentido del humor y mi percepción de la vida y las personas.

Mi núcleo familiar… Disperso. Raras eran las ocasiones en que convivíamos como lo que éramos: Una familia.
Crecimos cada quien como la vida nos lo permitió. Lidiando con lo escabroso de sus caminos.

Así me desarrollé. Inmerso en soledad, nostalgia y la furia que se me acumulaba con el paso de los tiempos.
A mi corta edad, iba curtiendo mis emociones con ese sol incandescente de la provincia. Lejos de comodidades y los mimos de Mamá y Papá; lo uso como término, pues en su léxico, no existía algo parecido.

La soledad.

Enfrenté la terrible soledad a mi corta edad al igual que mis hermanas y hermanos. Enfrentamos la ausencia de mis padres a quienes yo en lo personal, les tomé un enorme rencor por ello. Se ausentaron para poder proveernos de lo indispensable para subsistir. Pero no perdonaba el hecho de alejarse de nosotros cuando más necesitábamos de su protección.

La Nostalgia.

Viviendo en un entorno que no conoces.
Un entorno hostil al que nunca te prepararon para enfrentar.
Un entorno al que si no te fusionas con ello, literalmente: estás muerto.

Dolió alejarse de casa, y la ausencia de mis padres. La amargura que invadió mi corazón al ver a mis hermanas y mis hermanos, vulnerables, expuestos al escarnio, destrozaron mi valor y mi alma.
Me dolió soportar la hostilidad de mi entorno que día con día me presentaba nuevos obstáculos que mermaban mi paz.

Me llené de odio.
Vivía y existía por inercia, como si el viento me moviera y me dirigiera. Conocí el hambre, el cual me movió a trabajar y enfrentarlo con mis limitados medios.

Con todo eso, me llené de odio y rencor.
Me afligí tanto que durante mi crecimiento, creí que esa era la forma de vivir.
Detestaba todo.
Despotricaba contra todo.
Contra mi vida, contra mi suerte.
Contra mis padres y mi entorno al grado de volverme un soberbio de porquería con el paso de mis días. Ya nada ni nadie me importaba. Sólo era yo. Y para mí no había nadie más, incluido mi familia.

Me aislé.
Me alejé como un animal que se escapa del cautiverio.
No quise saber nada de nadie, ni del lugar que me vio crecer.
Mi odio me fue segando poco a poco. 
Mi rencor se estancó, pero mantuvo ese odio visible hacia quienes me golpearon y lo que me forzó a luchar.

Con el paso de los años, sólo me perdía en mis pensamientos y en lo que creía era lo correcto.

Enfrenté fracasos y golpes muy duros que traían consigo los recuerdos de mi cautiverio en la libertad de la provincia.
Y volvía a sentir todo ese odio que despertaba en mí toda esa ira contenida.     
Eso me llevó a un abismo oscuro llamado depresión; mejor dicho, lo agudizó al grado de refugiarme en lo que no debía, y que sólo me mantenía desconectado de toda mi realidad momentáneamente, sólo hasta que el efecto cedía. Entonces la verdad me golpeaba sin piedad derribándome de nuevo. Algo en mí me gritaba: —Pide ayuda— Pero mi soberbia era tan grande que me aferré a mi soledad aun y con lo cruel que eso era.
Inmerso en mi letargo, vinieron a mí, todo un sinfín de imágenes de mi pasado que volvieron a golpearme pero ahora trayendo a mi presente todo aquello que me dolió y me lastimó en el pasado. Fue en ese momento que comprendí todo y fue más fácil aceptar eso que lo que actualmente estaba viviendo. Tenía lo que quería, lo que podía obtener con el fruto de mi trabajo y que de alguna forma bloqueaban lo vivido en mi niñez, pero no era del todo feliz.

Vi cómo el entorno que me envolvió antes, con toda esa rudeza, hacía de mí un hombre fuerte, analítico y creativo.

Vi cómo los gritos y la represión de mi madre y mi padre, me señalaban el camino que debía seguir con los valores aprendidos en casa. Su ausencia de alguna forma había logrado implantar en mi mente, una dosis de fortaleza para afrontar la distancia y estar solo. 

Fue duro aterrizar de golpe.

Entonces, y después de ver todo en retrospectiva, justo en esos momentos más difíciles en los que solía cargarles mis culpas a los demás, y aun así no salía del embrollo. Busqué mil y un maneras de escape pero volvía a la misma carga.

Entonces comprendí que por más que culpaba a los demás por mi situación, eso no aminoraba mi dolor y mi sentir.

Me autoanalicé, y entonces, tomé una fuerte decisión.

Perdonar.

Perdonar a mi pasado.

Al tiempo.

A quienes me dañaron.

A quienes me obstaculizaron.

A mí, por no ser tan fuerte.

Perdoné con todo el dolor de mi corazón.

Y también, algo igual de fuerte.

Asumir.

Asumir mis culpas, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Asumí mis culpas y entonces comencé a viajar con menos peso.

Y sólo así, pude ver con más claridad.

(FIN)



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